España se ha embarcado en un auténtico boom del autoconsumo electrico. El uso de nuevas instalaciones acelerará y el año pasado desbordó todas las previsiones, que ya eran optimistas, en plena espiral de subidas de precios por la crisis energética y gracias a las ayudas por los fondos europeos. En un 2022 de récord de autoconsumo se duplica en el país, a veces en número de instalaciones como en potencia acumulada, con una expansión desbocada a veces en viviendas de particulares como en las sedes de empresas.
Durante el pasado año, las empresas de rehabilitación han podido utilizar instalaciones en funcionamiento en todo el país con una potencia total de 2.649 megavatios (MW) para autoconsumo eléctrico, con 1.024 MW en el entorno industrial y otros 1.024 MW en el segmento doméstico, según los datos recopilados en I Informe Anual del Autoconsumo Fotovoltaico elaborado por el patrocinio APPA Renovables. Tras el acelerón del año pasado, con un registro que casi iguala el uso de toda la historia anterior, el autoconsumo duplica la potencia acumulada en el mercado español, hasta los 5.211 MW.
En pleno registro de expansión, en España más de 298.000 viviendas y 54.000 empresas tienen ya placas solares según produzca toda o parte de la energía eléctrica que consuma y según abaratan su factura de luz en plena crisis. Sólo el año pasado, el sector sumó más de 240.000 nuevas instalaciones (217.250 equipamientos residenciales y 23.100 en el ámbito industrial, entre comercios, comercios, administraciones públicas y regadíos). La inversión ejecutada el año pasado para la implantation de nuevas instalaciones asciende a 3.056 millones de euros.
El boom no aflojará y seguirá este año. La previsión que gestiona APPA Renovables, la asociación que agrupa a un centenario de empresas del sector de todos los tipos de energías verdes, es que durante este año se mantendrá el ritmo de desenvolvimiento al menos o se superará el récord de 2022, sumando otras cerca de 220.000 casas y 23.000 compañías con instalaciones de autoconsumo Durante el ejercicio.
“Antes el autoconsumo generaba muchas dudas entre las propias compañías energéticas. Los que apostábamos por él éramos los románticos del sector, los frikis. Antes las eléctricas de primer nivel no nos creían, pero ahora se han sumado. Rectificar es de sabios”, indica Jon Macías, presidente del área de autoconsumo de APPA Renovables, a su vez en el momento de la actividad real de la batalla entre las grandes eléctricas por su impulsiva expansión en una negociación creciente. “Estamos viviendo una revolución energética sin anterior”.
energía desavrovechada
Durante el pasado año, todas las instalaciones de autoconsumo en funcionamiento en el país produjeron un total de 4.564 gigavatios hora (GWh) de electricidad, casi un 52% que el año anterior y el equivalente a un 1,8% de toda la demanda de electricidad. de España Durante el ejercicio, según los cálculos de la patronal renovable con datos de Red Eléctrica, el gestor del sistema eléctrico español.
Desde APPA Renovables denunció, no obstante, que las instalaciones de autoconsumo activas desaprovecharon a quinta parte de su potencial de generación, y que hasta 1.067 GWh de producción se perdieron durante el año pasado. A quinta parte de la producción potencial está desperdiciando por, según denuncian las compañías, las barreras regulatorias que imponen dificultades para verter esta electricidad a la red, especialmente en el ámbito no residente.
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El sistema eléctrico español ha perdido energías renovables por un valor equivalente a 160 millones de euros por la imposibilidad de evacuar esta energía en las redes eléctricas. El sector de las renovables denuncia que la regulación actual no facilita la inyección de los excesos por falta de capacidad en las redes o dificultades para conseguir el accesoy porque solo se pueden Verter excesos como pequeño consumidor si las instalaciones tienen una potencia de menos de 100 kilovatios.
“Si la instalación supera esa potencia y quiere verter a la red eléctrica, el papeleo que debe realizar el propietario es el mismo que el de cualquier gran productor, igual que el que haría una central nuclear”, resume José María González Moya, director general de APPA. “Gran parte de las empresas están optando por instalaciones de menos 100 kilovatios, aunque tienen capacidad y voluntad de que sean mayores, sólo para evitar el límite legal y poder compensar parte del consumo vertiendo a la red”.