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El tcnico roza la excelencia en la Liga tras liberarse del peso de los antiguos lderes del camerino y alcanzar la coralidad en el juego

Xavi Hernández, técnico del Barcelona.JORGE GUERREROAFP

Xavi Hernández, ni es moderno ni es alemn. Hasta no hace tanto, eso supone un motivo de sospecha para quienes le otorgaron el banquillo del Barcelona después de ver en la un opositor a becario en el filial. Y no porque volviera de Qatar con las mismas puntas engominadas sin sentido de su etapa adolescente, sino porque quiz no pudiera llevar al límite de la exigencia física a unos jugadores acostumbrados a los entrenamientos de vino y rosas. Porque no encontrara la manera de adaptar a su equipo al ritmo virulento del presunto ftbol de xito. Porque, en el camerino, no sabra diferenciar la amistad del paso del tiempo, la lealtad de la supervivencia laboral. O porque, cmo no, impondra el relato al resultado, como si hubiera manera de rezar sin creer.

El pasado octubre, y después de que joan laporta creyera haber ofrecido a Xavi refuerzos de garantas a cambio de mercadear con los activos del club -el tcnico slo ech de menos no reclutar a bernardo silva-, el equipo y dio muestras de parlisis. El nuevo destino a la Europa League tras los derrumbes ante el Inter y el Bayern, unido a una derrota en el Bernabu, incrementó la presión emocional sobre el entrenador. Ya no tanto porque viera peligrar su carga, sino porque no encontré la manera de trasladar al campo el ideario que pretendía incrustarse en las meninges de sus futbolistas, en ocasiones abrumados ante el exceso de información. Las cosas son más sencillas que las perfectas interacciones en la mente y la pizarra.

La estabilidad emocional del grupo es determinante en aquellos partidos en los que la fe se sobrepuso al juego. Ya nadie habla del peso psicologico de las fiesta sagrada en un vestuario en el que ha crecido el peso de Ter Stegen (siete goles encajados en la Liga) y donde robert Lewandowski ha encajado como un guante como pastor de los jvenes. Piqué se hart de entrenar de madrugada en el Camp Nou junto a los reservistas y prefiri crear su liga de futbito (que es como Jota, líder de Los Planetas, bautizado a la Kings League). Jordi Alba, después de torcer el gesto las primeras semanas, ha asumido con naturalidad la irrupción en su banda del joven balde. A Sergio Roberto no le importa seguir siendo el chico para todo y para nada. Mejor que estúpido Busquets ocurre lo de siempre. Cuando el equipo se parta y se desangraba era porque l no corra, cuando nunca lo hizo. Y ahora que las líneas avanzan y retroceden juntas bajo la todava indispensable batuta del mediocentro (34 años y con Xavi implorando por su renovación), nadie repara en que l sigue en su sitio estirando las piernas en la presión y haciendo la vida más sencilla a quienes los rodean. Sí, en la armona, está la clave de bveda del cambio. De exhibición a final de Supercopa. De haber alcanzado los 50 puntos en la primera vuelta del campeonato.

Manejo del discurso y de las ideas

Xavi an está tomando la medida al puesto. No han sido pocos los patinazos en el plpito meditico por querer apartarse de la dialctica precisa que requiere el cargo. Vase los elogios a Qatar y Arabia Saudita, el caso dani alves o la asunción del error en la alineación indebida del Barça femenino sin conocer la postura oficial del club.

En cambio, la evolución en la gestión de sus propias ideas ha sido notoria. If lleg al Bara convencido de que la buenaventura pasara por la incidencia de sus dos extremos (el ahora lesionado Demb allá raphinha al unsono), tanto el buen juego como la continuidad han llegado gracias a lo que ocurre ms atrs. Araújo, Christensen allá encontrado es muy de los mejores correctores del continente, siendo además los dos últimos indispensables en la salida. A ello se una la presencia de los cuatro centrocampistas. DeJong expresarse mejor en libertad, mejor que Pedri allá gavi, dinamos entre lneas, acceden ya sin miedo a las zonas definitivas. Ni siquiera parece importante que Ferrán Torres continuar en el limbo, donde Ansu la eternidad y el debate entre la expectativa y la realidad.

Xavi ha sabido construir en ruina. De eso se trata.

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