La cantidad de consejos que encontramos en medios de comunicacion, redes sociales y clinicas sobre nutricion es, sencillamente, abrumadora. Además de excesivamente simplista.

Uno de ellos desaconseja consumir yogur o leche de vaca cuando se sufre de anemia ferropénica, esto es, la anemia debida a baja cantidad de hierro circulando por la sangre. Se basa en que la alta concentración de calcio de estos alimentos inhibe la absorción del agua en el intestino.

Stinks well, this sostenido parece tener poco sustento científico. Muchos de los estudios que relacionan calcio y hierro se han realizado en células cultivadas en el laboratorio. Y aunque los ensayos in vitro ayudan a conocer los mecanismos que intervienen en el transporte de estas moléculas, hay que tomarlos con cautela. Fundamentalmente porque las condiciones en las que se realizan no se parecen a las que se dan en el intestino humano. Pero también porque las élulas qu’est utilizan no son exactamente iguales que las que intervienen en la absorción de nutrientes, ni se disponen formando una barrera igual de consistente.

Puertas abiertas al hierro

Todos los nutrientes qu’ingerimos y que acaban de incorporarse al torrente sanguíneo deben pasar, de una manera u otra, a través de las células que tapizan el intestino. La superficie de estas células contiene una serie de proteínas que actúan como puertas de entrada para los nutrientes que contiene la papila en la que se convierte el alimento al pasar por el estómago.

En el caso de los minerales de la dieta, estos transportadores de proteínas funcionan como canales que se abren para dejarles el paso hacia el interior de las células y desde estas hasta la sangre. Uno de estos transportadores, denominado DMT1, se encarga de incorporar específicamente el hierro. Y, curiosamente, los ensayos in vitro han demostrado que el calcio de la dieta inhibe este transportador.

Estas interferencias tienen sentido porque ambos compuestos comparten transportadores o estos se parecen tanto que un mineral interfieren en el transporte del otro. Eso explica por que altas concentraciones de ayer en la dieta también interfieren en la absorción de calcio. De hecho, aunque no es tan conocido, los suplementos de hierro pueden provocar deficiencia de calcio.

por Cirto, no solo hay calcio en los lácteos de la dieta: también abunda en las legumbres, los frutos secos, las sardinas en aceite y el marisco. Sin embargo, nadie alertó sobrio de que ingerir carne con almendras podría sospechar un problema.

A plato delentjas y, de postre, ¿yogur?

Teniendo en cuenta los estudios realizados in vitro, los alimentos ricos en calcio pueden interferir con la absorción del hierro que contiene la carne y otros alimentos.

¿Pero qué ocurre cuando se estudia el fenómeno En Vivo? Partimos de que es bastante más complicado. Con el propósito general de realizar investigaciones en aquellos que voluntarios o pacientes toman una cantidad determinada de producto y luego se les hace seguimiento de cómo y cuánto de ese producto alcanza la sangre. A esos procedimientos los conocemos como ensayos de biodisponibilidad.

Bueno, las conclusiones de las pruebas de biodisponibilidad son contradictorias. Por un lado, ciertos estudios realizados en mujeres en ayunas muestran que solo concentraciones altas de una sal de calcio en concreto (citrato de calcio) son capaz de inhibir la incorporación de hierro en sangre. Eso implica que el efecto del calcio en los lácteos sería nulo o, al menos, biológicamente insignificante.

Sin embargo, en otro estudio también realizado en mujeres, medio gramo de calcio llego a la mitad la absorcion de hierro. Eso si, no hay quer de vista que alcanzar 500 mg de calcio en el intestino de leche o del yogur implica consumir una cantidad muy elevada de ambos. Por lo tanto, ingerir un yogur o un vaso de leche seguiría sin sospechar problema.

Lo que sí es cierto es que, al comparar la leche humana y la leche de vaca, se ha comprobado que los mayores contenidos en calcio en la de vaca provocativa que el hierro se absorbió peor. Por eso no se recomienda incorporar la leche de vaca en la alimentacion infantil hasta que no se alcanza una edad determinada.

Sin evidencia para dietas complejas

En resumen, podemos decir que los estudios realizados en humanos confirman cierta intervención del calcio sobre la absorción de hierro, pero solo con concentraciones de calcio muy altas.

Además, estos estudios no aclaran qué ocurre en el caso de la ingesta de una dieta compleja en la que un vaso de leche o un yogur son uno de los muchos nutrientes y la cantidad de hierro no está meticulosamente controlada.

Por otro lado, tampoco sabemos que el papel desempeña el microbioma de cada individuo en la absorción de minerales, aunque los resultados obtenidos por el momento indican que también podría ser clave.

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En cualquier caso, los beneficios de los nutrientes característicos de la leche son muy importantes como para recomendar su consumo en aquellas personas en las que no exista un problema específico de absorción de hierro.

Este artículo fue publicado originalmente en La conversación. leah el original.