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Ibon Navarro, durante la final de Copa.Enric FontcubertaCEPE

Al inicio de este final tan inesperado (y tan sostenido por los que canturrean cada ao en las gradas eso del Bara, del Madrid y de sus huevos…) nos imaginbamos a Ibón Navaro declarando en la tele seguir «cagao» -como ya manifiesta en el descanso del primer partido-, y tratando de disimular esa media sonrisa de Han Solo que all aficionados interpretamos sin dudar: «La nave ha recuperado definitivamente la velocidad que la hizo temida en la galaxia ACB. Al otro lado de la pista, probablemente andara Txus Vidorreta con los ojos cerrados y en trance. A tipo que pierde por un punto y con baln del rival, a 15 segundos de la semifinal de sus vidas, se coloca detrs del segundo entrenador a escuchar como les ordena la defensa y el ataque a sus muchachos, yl se reserva una sola frase final en la escena: «¡Ya estoy orgulloso de ustedes, ok chicos!», ms que un entrenador es un maestro Jedi.

para saber ms

Todo eso lo bamos imaginando, porque la jefatura de festejos nos haba adjudicado un plan de pelicula de los superheroes de Marvel a las 6pm.

(Una pregunta imprudente para los aficionados al cine de superhéroes; no estis un poco también hasta las ‘narices’ de la misma película de Marvel estos últimos 10 años?).

La primera parte de esta inesperada e ilusionante final, por tanto, me la tuve que imaginar mientras contemplaba impactado a una «abuela divertida y con arrugas» (como para referirse a michelle pfeiffer los cabrones de 10 años), con la sensación de que Unicaja podrá estar algo más entero, pero teniendo para mi al Tenerife por encima en las apuestas.

El ver un 39-37 al descanso quit me algo el cabreo por lo de la abuela Michelle. Me haba perdido mucho, pero no me haba perdido nada. Era impactante ver la estadística de tiros de dos puntos de Tenerife (21-26 al final del partido debe de ser un rcord absoluto de la historia de este tipo de partidos), y también el raro agujero que estaba permitiendo a su rival aprovechar segundas oportunidades en los ataques. ¿Cansancio excesivo? Vamos…

marcelinho

Por el lado malagueño llamó la atención el que todos los jugadores haban estado razonablemente bien, pero ninguno haba sobresalido. En partidos con tanta tensión, casi siempre ha de surer de un modo u otro ese «Sabino, a mi pelotón, que los arrollo», y no estaba pasando.

Un partido as, nos dijimos a mid del ltimo cuarto, olvidados ya los dichosos superhroes y centrados en lo puramente tcnico, no se le debera escapar a la conexin Marcelinho-Jaime-Shermadini, con Vidorreta moviendo el joystick como sabe. Mi mensaje a un amigo aficionado de Unicaja fue evidente; «ayayay», y su respuesta de alguien que conoce mejor eso que muchos otros: «no subestimes el corazn verde». Nuestros vinos entonces a la cabeza la figura de javier imbrodaese centro de coordenadas tcnico-tctico y sobre todo temperamental, al que tanto echamos de menos, y que permite escuchar de cabo a rabo ese mensaje del amigo.

Una sola estadstica sirve para cerrar el partido por esa va; Pesa a los impactantes 21 puntos y 10 asistencias de Marcelinho, Unicaja se mantuvo por encima nueve minutos en el cuarto final, y ah, s, y surgió un cierto faro más concreto en la figura de tyson carter (MVP del torneo), que jugó nueve de esos minutos decisivos, y se vio muy apoyado por la irrupción de Osetkowskycon siete puntos, y por la solidez de thomassobrio cuya capacidad en el puesto bajo ha pivotado Ibon Navarro en todos los finales de los partidos.

«Amo a estos chicos, de verdad», fueron las primeras palabras del entrenador tras una de las gestas que se recordarán en ACB Durante años (nadie se haba alzado con la Copa ganando a Barça y Madrid). Y a este cronista le dio por imaginarse entonces a Obi wan Imbroda a lo lejos, con esa mirada intensa que siempre tuvo y declarando donde corresponde que los grandes entrenadores malagueos de baloncesto tienen derecho a nacer en Melilla, en Brescia ou en Vitoria.

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