Juan Pablo tiene nuevo DNI, pero uno que sigue contando una historia que no le es propia. Ya pasó una pandemia, dos mundiales y tres presidencias, pero el niño, que nació el 4 de junio de 2015 en el seno de una familia de dos papás -la primera pareja de dos varones que decidió tener un hijo por subrogación en la Argentina- , sigue esperando.

Si hubiera llegado dos años después, podría haber sido inscripto como hijo de dos padres sin mayores demoras, pero -al ser el primero- su caso lleva ocho años legalizado.

Leonardo Polti, 50 años, sin piedra la fe en que the Corte Suprema, resuelva el trámite de filiación a favor de la solicitud de la familia y que, de esa forma, todos los documentos de Juan Pablo lo reconozcan a él también como papá. Por hora, figuraba Ignacio Santalla (42) y en lugar de Polti, los documentos registran a la gestante, una amiga de la familia, como madre.

«Queremos que la Corte nos reconozca, que digamos que los dos somos papas de Juan Pablo. En Argentina, ya hay unas 500 familias que tuvieron a sus hijos de esta forma y pudieron inscribirlos sin problema. Entonces, ¿cuántos años más tienen que pasar para Juan Pablo?», explica Polti.




Leonardo (de remera negra) e Ignacio (de remera amarilla) abrazan a su hijo Juan Pablo (8). Foto: Mario Quinteros

En mayo, la familia renovó el DNI del chico, momento que sus papás definen como «amargo». «Yo estaba sentado al lado de él, pero participante como si fuera un extraño, ya la vez sintiendo la tensión de pensar que la persona que nos atendió podía por la mamá. Porque aunque Juan Pablo sabe cómo fue gestado, la parte legal es muy dificil de entenderdice Polti.

No solo se trata del derecho a la identidad y de una cuestión legal para, por ejemplo, autorizar una salida al país, sino que también trae consecuencias para la gestante. «Mi amiga me ayudó de corazón para que pudiéramos traer a Juan Pablo al mundo, y yo tengo la obligación de devolverle a ella su vida normal, con sus tres hijas. Por eso pido a la Justice que piensen no sólo en los papás y el chico, sino en la mujer que hizo posible este milagro”.

Este domingo, el chico empezará el día soplando las velitas con sus papás, en la casa que la familia tiene en Escobar. Más tarde llegará el turno de festejar con parientes, amigos y compañeros. Son unas 90 personas entre niños y adultos. “Los cumples de Juampi son casi como un 15”, nada de papás.

Juan Pablo es tercer grado. Hace basquet y fútbol, ​​donde el puesto que siempre pide es el de arquero. «Desde el Mundial, el Dibu Martínez es su ídolo. Lo ama», explicó allí Leonardo por teléfono que casi hacen el cumpleaños en una cancha: «Ya es el arquero oficial en el club del barrio y en el colegio también».

Juan Pablo (8) nació por subrogación en 2015 y espera un fallo de la Justicia para que reconozcan a sus dos papás.  Foto: Mario Quinteros


Juan Pablo (8) nació por subrogación en 2015 y espera un fallo de la Justicia para que reconozcan a sus dos papás. Foto: Mario Quinteros

La decisión de la Corte Suprema sobre su caso podria marcar la historia para millas de familias en Argentina. Hasta ahora la Ciudad de Buenos Aires es el único distrito del país que ampara a los padres que utilizan la subrogación. Es a través de una disposición de 2017 que defina que en casos acreditados de subrogación solidaria el Registro Civil porteño debe inscribir a ambos padres y eliminar a la gestante filiación.

Esta posibilidad responde a una orden judicial, emite un recurso de amparo presentado en el marco de una petición colectiva de tres familias, que fue acompañada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y la Federación LGBT (FALGBT).

Esta disposición, la Nº 93/DGRC/17, establece dos condiciones para que el Registro Civil haga la partida a un número de los padres: el bebé debe haber nacido en la Ciudad y, antes de ese nacimiento, debe existir un consentimiento firmado por un médico , la pareja y la pregnante en el que se establece que quienes tienen «voluntad procreacional» son los padres. Este documento requiere la firma de un notario, como en todas las técnicas de reproducción con asistencia humana.

Cuando Leonardo e Ignacio empezaron a saber contener a un hijo, nada de esto existía. Fue en 2010, tras la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario, un punto de inflexión para la comunidad LGBT del país. Descartar adoptar un bebé por las demoras del proceso, pero subrogarse en Estados Unidos era muy caro.

En 2015, cuando nacieron Juan Pablo, Leonardo e Ignacio hacian historia.  Foto: María Eugenia Cerutti / Archivo


En 2015, cuando nacieron Juan Pablo, Leonardo e Ignacio hacian historia. Foto: María Eugenia Cerutti / Archivo

Comenzaron ha investigado a través de Internet: ¿sería posible subrogarse en la Argentina bajo el principio de que «lo que no está prohibido está permitido”? Todo parecía lejano, hasta que hablando con conocidos, una amiga se ofreció a ser la gestante. Antes de seguir adelante, Hicieron terapia durante un año y medio. para asegurarse de que todos ustedes escuchen la decisión.

En tanto, comenzaron a armar un legajo con un seguro de vida y un consentimiento firmado por un escribano. En paralelo, iba el proceso médico: una donación de óvulos anónimos, esperma de ambos para que se armaran los embriones y tres transferencias hasta que quedaran «embarazados».

El problema llegó cuando tuvieron qu’impugnar el acta donde figuraba que la gestante era madre e Ignacio el padre. Aunque el juzgado 81 de Familia autorizó una nueva acta donde Juan Pablo figurara como hijo de dos padres, una fiscal apeló y la Sala E de la Cámara de Apelaciones avaló esa línea. El fallo decía que dos madres pueden ser inscriptas pero no dos padres.

Juan Pablo celebró sus 8 años este domingo y sigue esperando que la Justicia reconozca a sus dos papás.  Foto: Mario Quinteros


Juan Pablo celebró sus 8 años este domingo y sigue esperando que la Justicia reconozca a sus dos papás. Foto: Mario Quinteros

La Corte Suprema aceptó tomar el caso, ante un «recurso de queja» presentado por la familia de 2019. Pasaron más de cuatro años y todavía no hubo resolución: esta será la última oportunidad de que ambos sean registrados como padres procreacionales y de que la gestante pueda también cortar el vínculo legal con el chico, pero también podría podría el proceso para que lo que sucede en la Ciudad de Buenos Aires se extienda al restaurante del país.

Porque si bien en la Ciudad, esta modalidad de registro ya funciona con mucha regularidad, en las provincias the clinics están pidiendojudiciar los casos por la falta de marco legal. Muchos casos ya fueron resueltos a favor de las familias, tanto en provincias como en la Ciudad, pero hay tres que llegaron a la Corte Suprema, que hasta ahora nunca dirimió un proceso judicial sobrio gestación subrogada.

El abrazo de Juan Pablo con su papá Leonardo, quien sigue esperando que la Corte lo reconozca así en los documentos del nene.  Foto: Mario Quinteros


El abrazo de Juan Pablo con su papá Leonardo, quien sigue esperando que la Corte lo reconozca así en los documentos del nene. Foto: Mario Quinteros

«Seria muy importante un fallo positivo para todo el pais», opinó la abogada Fabiana Quaini, especialista en derecho internacional de familia. En el Congreso, hay varios proyectos que buscan regularmente la práctica para garantizar que no haya barreras judiciales en ningún lugar del país y para que las prepagas y obras sociales cubran los procesos de fertilización asistida también en casos de subrogación.

“Yo no diría que hoy estamos en un gris. Hay temas para los que tenés una ley específica y otros para los que no la tenés. Acá no la tenés, pero lo que sí tenés son leyes generales en las cuales te amparás, como la Constitución Nacional y que todo lo que no está prohibido, está permitido”, explicó la abogada y agregó que, sin embargo, “sería bueno hacer una buena ley para que todas las familias pueden tener acceso sin tener que pensar si es o no legal”.

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