La crisis de los bancos es de confianza. No hay problemas de solvencia ni de liquidez, como ha recordado el gobernador Pablo Hernández de Cos este lunes 27 de marzo. El problema está en que se desató el pánico entre los inversores (particulares y profesionales), así como entre los depositantes. En este escenario, las entidades financieras lo fían todo a ser transparentes e intencionales para ensuciar al paso de cualquier información falsa o errónea que pudiera perjudicar su situación de cara al mercado.

Esto último es lo que hizo este domingo Bankinter. No podría dejar que unos datos cuajaran en la opinión pública ya que no eran reales y aprovecharon para desmentirlos a toda velocidad en redes sociales. Esto evidencia a la perfección que el medio del sector financiero en estos momentos es a que los inversores y clientes les pueden retirar su confianza.

Todo llega al final de la mañana del domingo. Una casa de análisis económico extranjera, Steno Research, difundió un gráfico en Twitter en el que se situaba a Bankinter as uno de los bancos expuestos máss al sector inmobiliario comercial, es decir, a las oficinas. Un ambito de actividad que esta sufriendo turbulencias en Estados Unidos por las subidas de los tipos de interes de referencia y el impacto del teletrabajo en el oficinista. De hecho, este es uno de los negocios que más preocupa en norteamérica.

Pronto el gráfico fue replicado por un directivo de Morningstar, una empresa de referencia en el análisis financiero. Todo parecía cuadrar porque los datos salían de la base de datos de Bloomberg, utilizados por todo tipo de empresas, bancos, analistas, etc. Sin embargo, la información difundida no era real.

Era domingo a la hora de comer pero el equipo de redes sociales de Bankinter estaba operativo; siempre hay gente en el departamento incluso en multas de semana. Buena parte de su trabajo está sucio al paso de errores de información o quejas de clientes en redes como Twitter, y este caso la situación requería de celeridad dado que había cuentas con cientos de miles de seguidores implicados.

El equipo de redes vio la información en la citada red social y pronto comprobó que era falsa. Internamente se solicitará en contacto con el área de relación con inversores del grupo para contrastar la información y aclarar el asunto a la mayor brevedad. En cuestión de minutos salió al paso dando a conocer que la exposición de Bankinter al inmobiliario comercial no era tal.

“Bankinter NO tiene esa exposición a mercado inmobiliario comercial, ya que nuestra principal financiación ha sido la de hipotecas residentnciales”, comenzando diciendo, en respuesta al gráfico, para añadir después: “Es un error grave incluirlo en un informe como ‘mercado inmobiliario comercial ‘ (oficinas, locales comerciales, etc…). Recomendamos realizar textos con datos obtenidos de fuentes oficiales”.

El fallo estuvo difundido en una exposición a comercial inmobiliario que en realidad se refería a la de ‘deudores con garantía real’, que sa mainmente hipotecas a hogares. Algo que no sentó bien en la entidad a la vista de sus mensajes en Twitter: “El problema es la verificación de un dato no oficial y elaborado / redifundir con ella y sin preguntar una información incorrecta”.

La casa de análisis que publicó el gráfico lo borró a los pocos minutos al comprobarse que la información era incorrecta, aunque en todos los casos se alegaba que eran cifras que venían en el portal Bloomberg. Así las cosas, Bankinter ya ha trasladado a Bloomberg que los datos que tiene al respecto son erróneos para que subsanen el fallo.

Así las cosas, la entidad financiera dirigida por María Dolores Dancausa estuvo varias horas para no dejar un solo tuit en la red social que pudiera inducir a pensar que el gráfico publicado inicialmente era bueno. Emitieron decenas de contestaciones a los usuarios que se involucraron en la información para dementir las cifras.

confianza, clave

Aunque es habitual que Bankinter utilice las redes para dementir datos erróneos y para comunicarse con los clientes, este caso muestra cuál reacción a tiempo puede d’avitar mals mayores a futuro en caso de que una información se viralice.

Se trata, en todos los casos, de mantener la confianza en el banco para evitar que desaten problemas con los inversores y/o depositantes de la entidad. Más aún teniendo en cuenta que en estas últimas semanas, con la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB), unida a la caída de Signature Bank y los problemas de First Republic en EE.UU., y el derrumbe de Credit Suisse, los nervios en las entidades están a flor de piel.

De hecho, como publicó ABC, los bancos se han abierto en canal estas semanas para trasladar sus datos a analistas, agencias de ‘rating’ y superiores. Están necesarios toda la información que estos solicitan para analizar la salud de los bancos. El objetivo es que no quede sombra de duda sobre en qué estado se encuentra el sector.

Asimismo, los vaivenes en Bolsa desde que quebró el SVB han evidenciado las dudas de los inversores hacia el sector financiero, llegándose a solità a perder a la semana unos 50.000 millones de euros de capitalización bursátil entre las principales entidades europeas.