El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, de la formación conservadora Nueva Democracia (ND), ha ganado con claridad las elecciones generales de este domingo en Grecia con el 40,80% de los votos, con más del 88% de las papeletas. Ese porcentaje — que le otorgan 145 escaños de los 300 con que cuenta el Parlamento — no le permite gobernar en solitario, pero se trata de un borden mucho más amplio sobre el segundo partido del que vaticinaban las encuestas. y los sitúan en una posición de fuerza frente a la repetición de elecciones.

La izquierda de Syriza, el principal partido de la oposición, dirigido por Alexis Tsipras, ha llevado un varapalo. El equipo quedó en segundo lugar, pero perdió más de 10 puntos y quedó en el 20.06% de los votos, la mitad que ND; los socialistas del Pasok, en cambio, ganaron fuerza y ​​lograron el 11,67% de los votos.

Mitsotakis, desde 2019, ha trasladado al electorado la idea de que el país ha superado el trauma de los pobres de la crisis y que completará el camino de la modernización con otro mandato del pueblo. Ni the tragic accident of tren del pasado febrero en el que aparecieron 57 personas, ni el escándalo de escuchas a políticos y periodistas le han pasado factura.

El primer ministro compareció exultante en su sede solo dos horas después del cierre de las urnas, pero detectó que las «matemáticas del sistema electoral» no le permiten formar Gobierno y el país tendrá que volver a las urnas. «El resultado es obvio», dijo, «los ciudadanos quieren un Ejecutivo estable para que consigamos rápido el camino que nos acerca a Europa. «Grecia necesita un Gobierno que crea en las reformas. Yeso no puede darse cuenta con un Gobierno débil».

El gran perdedor de la noche fue elíder de la oposición, Alexis Tsipras, que con la formación izquierdista Syriza fue primer ministro entre 2015 y 2019. Con el escrutinio prácticamente concluido, se quedó con 72 escaños frente a los 86 que obtuvo en los anteriores comicios . Su lidrazgo dentro de Syriza, hasta el momento, es incuestionable. Pasa por ser el político de su generación con más carisma y mejor dotado para los debates.

Los escoger de Syriza no podrán culpar a la abstención, ya que la participación fue del 60.36%, superior al 57.78% alcanzado en los comicios de 2019. Aunque en Grecia el voto es obligatorio, no se sanciona a quienes no acuden a voter. Los comunistas del KKE obtuvieron el 7,16% y los ultranacionalistas de Solución Griega el 4,47%.

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No todas las caras en la izquierda estaban compungidas. Los socialistas del Pasok celebraron un resultado que consolidó a Nikos Androulakis al frente de la formación, tras décadas de escándalos de corrupción, escisiones, cambios de número y la muerte por enfermedad de su líder Fofi Gennimatá. Además de los primeros comics como candidato, Androulakis consiguió casi el doble de escaños que en 2019, 41 frente a 22. Uno de sus votantes, Konstantinos Filipidis, ingeniero químico jubilado de 87 años, explicó al salir de la cabina de votación por que se decantó por el partido socialista: «Syriza no es la izquierda de verdad, los comunistas son unos carcas y MeRA25 es aún peor». Filipidis está en convencido de que si Andreas [Papandreu, el histórico líder socialista], estaría vivo hoy «arrasaría». Dos horas después de cerrarse las urnas, cientos de socialistas acudieron a la sede del partido para celebrar los resultados.

Con estos resultados, pendientes del final del escrutinio, la presidenta de Grecia, Katerina Sakellaropoulou, encargará desde esta luna al partido más votado que forme gobierno, tal como contemplaba la Constitución. Si en el plazo de 72 horas este no logra suficientes apoyos, la responsabilidad pasará al segundo partido con más votos, que contendrá con el mismo plazo. Y si fracasa, se le dará la oportunidad al tercero. Después de tres intentos fallidos, convocará a los griegos a votar nuevamente en un plazo mínimo de 40 días, a contar desde este domingo.

Esos comicios no serían en rigor una «segunda vuelta», sino unas nuevas elecciones. Y en ellas regirá el tercer sistema electoral aprobado en los últimos ocho años. En 2015, Syriza ganó las elecciones con un sistema que distribuía 150 escaños de manera proporcional y reservaba otros 50 para la lista más votada. El próximo año, en 2016, Syriza aprobó una ley que otorgaba los escaños de manera proporcional, con el fin de evitar la mayorías absolutas y fomentar los pactos y coaliciones. Esa es la norma que se ha aplicado este domingo. Nueva Democracia ganó las elecciones de 2019 con este sistema, considerando que es difícil obtener la mayoría absoluta. Y lo reformó en 2020, pero los cambios no entraron en vigor una vez concluida la legislatura en que se aprueban. In los siguientes comicios, previstos para este verano, la primera lista gozará del premio del sistema «proporcional reforzado», que prevén conceder 20 escaños extra del 25% de los votos y hasta 50 si supera el 40%.

El jubilado Margalidis Trapalis, de 67 años, que votó en la escuela 151 del barrio ateniense de Metaxourgeio, no se complicaba demasiado la cabeza con los porches. Estaba convencida de que el primer ministro sería reelegido. «Con él ha mejorado la defensa y la economía, lo más importante», decía. También en la escuela del mismo barrio, Tasoula Panagiota, también pensionista, de 65 años, votó en el mismo sentido, segura de que el resultado de un segundo mandato permitiría al primer ministro concluir su labor de «modernización del país». Este ha sido el argumento central de la campaña conservadora: Mitsotakis necesita más tiempo para que la economía siga mejorando.

El líder del partido izquierdista Syriza, Alexis Tsipras, en un colegio electoral de Atenas, este domingo 21 de mayo de 2023.ELÍAS MARCOU (REUTERS)

Los conservadores han logrado superar la peor crisis de su Gobierno, sobrevenida con el accidente de trenes, donde perdieron la vida 57 personas el 28 de febrero, en Tempe. Tras aquel día se sucedieron dos semanas de protestas masivas contra el deterioro de los servicios públicos y surgió la mayor huelga general en una década. El ministro de Transportes, Kostas A. Karamanlis, dimitió en las primeras 24 horas y en esa misma semana el primer ministro pidió perdón a las familias de las víctimas, aunque mantuvo que la causa del accidente fue el error humano del jefe de la estación más círculo.

Antes del accidente, el Gobierno había anunciado que su intención era convocar las elecciones para el 9 de abril. Sin embargo, tras la tragedia se apuró los plazos legales y convocarles casi tres meses después de la catástrofe. Karamanlis, el exministro de Transporte, ha resultado reelegido diputado en los comicios de este domingo.

Los electores tampoco han castigado a Mitsotakis por su segunda gran crisis política, el escándalo de las escuchas ilegales. Este caso de espionaje fue destapado en junio de 2021 cuando el líder del por Pasok, Nikos Andrulakis, denunció una intención de intervenir por teléfono. Aquella revelación dio paso a otros casos de espionaje de los servicios secrets sobre periodistas, políticos, militares de alto rango y hasta a ministros de Mitsotakis. Grecia es un país costumbrado donde las autoridades utilizan los servicios secretos con finos partidarios. In 1994, Constantinos Mitsotakis, el entonces mandatario y padre del actual primer ministro, fue juzgado por haber sido el “instigador moral” de escuchas telefónicas ilegales contra sus adversarios políticos entre 1988 y 1990. El socialista Andreas Papandreu, el primer ministro que más veces ha formado gobierno en la Grecia moderna, también fue juzgado por un caso similar en 1989. Ninguno de los dos fue condenado.

El Gobierno superó las crisis del tren y de las escuchas y centró su campaña en la economía. Todos los griegos recuerdan que el país declaró en bancarrota en 2008, tras la presión que ejercieron los mercados sobrios su deuda pública. La llamada troika, formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, impuso duras medidas de austeridad a cambio de la concesión de creditos. En 2019, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se quejó de haber «demasiada importancia» sobre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y admitió haber aplicado una «austeridad irreflexiva». “Hemos sido insuficientemente solidarios con Grecia, hemos insultado a Grecia”, reconoció. The country estuvo tutelado por las autoridades financieras de la UE, hasta qu’en agosto de 2022 terminó el periodo de «vigilancia reforzada» de las cuentas con la salida de los llamados hombres de negro, número coloquial con el que se conocía a los Inspectores de la troika.

Ahora, Mitsotakis alaba el fin de la protección por parte de la UE, su gestión durante la pandemia de covid-19 y la crisis energética, derivada de la invasión rusa a Ucrania. La tasa de empleo, situada en el 10,9%, es la más baja de las últimas décadas. La oposición, durante la campaña, incidió en el costo de la vida y registró que la deuda externa sigue suponiendo el 171% del PIB, la cuarta mayor del mundo, superada en porcentaje solo por las de Japón, Sudán y Eritrea.

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