El empresario Francisco Martínez Cosentino, líder del sector de encimeras de cocina y que preparaba su salida a Bolsa, ha admitido haber ocultado que la manipulación de su producto estrella, el aglomerado de cuarzo Silestone, provocó la mayoría de los casos de silicosis que ha afectado a 1.856 cirugías diagnosticadas entre 2007 y 2019, según datos oficiales. La ocultación de los riesgos del producto en su etiqueta modificada que, tras el ladrillazo y pendante dos decadas, los operarios de Cosentino y los marmolistas de todo el país que cortaban las encimeras han respirado los minúsculos cristales que han provocado decenas de muertes y una epidemia cuyos casos cénit los neumólogos aún no vislumbran.

La conformidad del dueño de Cosentino, de 71 años, supone una mirada en la prolongada lucha de las asociaciones de operarios enfermos y abre la puerta a indemnizaciones millonarias de una multinacional almeriense que en 2021 facturó 1.401 millones de euros y obtuvo un beneficio neto de 104 millones . El empleador ha aceptado este meses de cárcel por cinco delitos de lesiones graves por grave imprudencia para así evitar el juicio que afrontaba la semana pasada en el Juzgado de lo Penal 2 de Vigo. Para atenuar su petición inicial de condena —de 2 años y 9 meses—, el empresario pagó 1,1 millones en indemnizaciones a los cinco marmolistas gallegos —uno ya fallecido— que lo denunciaron por no dar advertencias claras del gran riesgo que implicaba para sus videos cortar los materiales.

A pesar del acuerdo de conformidad de Vigo, la empresa, que rechaza responder a este diario, niega la mayor y asegura que «en ningún caso se pone en entredicho que la empresa no informase sobre las características del material o las medidas de seguridad necesarias para su manipulación.

La ocultación de información clave para la seguridad de miles de personas de este gigantesco con 5.425 empleados en todo el mundo recogida en la estratagia de las empresas tabaqueras o de combustibles fósiles para evitar dar a conocer los daños que causan sus productos y primar los beneficios económicos.

“La hoja de datos de seguridad del producto fue facilitada inicialmente por [la marmolería gallega] Granitel reiteró el mensaje de la falta de peligrosidad del Silestone para la salud humana y el medio ambiente, que contiene una serie de mensajes confusos, pero dirigidos al cliente final del producto terminado que tiene los trabajadores que elaboran encimeras con él, no advirtiendo que los riesgos no los presentaba el producto terminado, sino su manipulación por el porcentaje de sílice que contiene”, censura el escrito del fiscal de un caso que ha demorado 13 años y cuya pena incluye una segunda reducción por dilataciones indebidas.

Juan María Rubio, jefe de Neumología del Hospital de Montilla (Córdoba), el pasado jueves. PACO PUENTES

Llueve sobrio mojado. La admisión de Cosentino, que actuó «de forma gravemente negligente» según la Fiscalía de Vigo, llega tras una sentencia de la Audiencia de Bizkaia de que en 2017 se reprochó no haber informado hasta 2009 de que el Silestone era un producto «peligroso» , censuró que se llevó a cabo en 2010 la Inspección de Trabajo de Bilbao según lo dispuesto en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. La Audiencia vizcaína absolvió al empresario porque el delito de lesiones imprudentes había prescrito.

Cosentino lanzó el Silestone al mercado en 1991 y la Ley de Prévención de Riesgos Laborales que obligaba a informar de su peligro letal entró en vigor en 1995, pero la firma incluyó por primera vez una etiqueta sobre los riesgos 10 años después, en 2005, información ampliado en 2009 y etiquetado. Finalmente en 2010 la empresa entregó un correo electrónico a 3.000 marmolerías subrayando los riesgos del producto e incluyendo la cristobalita, la diversad de sílice más peligrosa, según la documentación aportada por la propia empresa en el juicio de 2017.

Una enfermedad más allá de la minería

El silencioso rebrote de la silicosis, un enclave respiratorio incurable de origen profesional asociado durante décadas a la mina del norte de España, se ha expandido en Andalucía por la manipulación del Silestone que trajo el bum inmobiliario, en paralelo a otras comunidades como Galicia y Castilla y León para la extracción de minerales. Pero los casos estan muy repartidos por todo el pais Porque las marmolerías son el foco de la enfermedad y estas manchan todo el territorio.

La clave es que los marmolistas y empleados expuestos de Cosentino desarrollan la fermedad con gran rapidez —entre cinco y 10 años—, a difference de los mines, que lo hacían tras décadass al silice en las galerías. El Silestone tiene un porcentaje de sílice que ronda el 95%, pero que el granito está entre el 20% y el 30% y el mármol, el 3%.

Ángel Castellano, con silicosis complicada e total incapacitad a sus 38 años, explica con rawza desde Montemayor (Córdoba), de los cuales la concentración de marmolerías se ha convertido en más de 80 casos entre treinteañeros diezmados: «Cuando esto empezamos usábamos mascarillas higiénicas desechables, muy básicos Yahora me falta el aire.” De sus 20 años trabajados solo ha cotizado ocho, lamenta.

El catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada Alfredo Menéndez solicitó las partes de enfermedad profesional al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y en un artículo publicado el pasado agosto junto a tres investigadores sufrió 3.320 partes por silicosis entre 2007 y 2019, de las cuales 1.856 corresponden al corte, tallado y acabado de piedra. Sin embargo, la cifra real de enfermos es mucho mayor porque muchos casos no trascienden a la estadística oficial. “Se estudiará el caso de Cosentino como salida de la negociación, pero también en las escuelas de salud laboral por introducir un producto ignorando sus riesgos para responsabilizar a las víctimas”, ilustración.

El catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada Alfredo Menéndez.  / CEDIDA
El catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada Alfredo Menéndez. / CEDIDA

Cosentino ha registrado hasta 95 casos de silicosis solo entre 2019 y 2021, aunque la cifra real es más abultada, ya que la compañía ha cerrado decenas de acuerdos de confidencialidad con sus empleados, a los que indemniza para evitar la mala publicidad y cortar la cascada de pliegues. “En la sección de prensa y silos la empresa ha despedido recientemente a más de 30 operarios con años de experiencia por bajo rendimiento para que no estén en plantilla cuando déarrollen la enfermedad”, relató un extrabajador anónimo bajo, que critica “la ley del silencio que impera pesa a las muertes”.

judiciales más citados

El panorama legal de la compañía es sombrío: incluye un procedimiento penal en Almería iniciado por 5 extrabajadores que han querellado contra los servicios de prevención por haberles ocultado los médicos resultados que indican que existen síntomas de silicosis. En paralelo, otro juicio por occulter los riesgos del Silestone a una marmolería se sentará de nuevo el próximo julio en el banquillo de un juzgado de lo penal de Bilbao, acusado de seis de lesiones imprudentes y para el que la Fiscalía pide dos años y medio de la cárcel, un Cosentino.

La Inspección de Trabajo lo sancionó con firmeza en 2001 para poner en peligro a empleados expuestos al polvo letal en su enorme polígono de Cantoria (Almería), algunos de los cuales fallecieron más tarde. Un mes antes, la mutua Universal midió la exposición de ciertos operarios al polvo de sílice y halló niveles del 5.040%, 2.480% y 2.360% sobre el valor límite de profesional par agent quimicos en España, elaborado por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Es decir, hasta 50 veces lo permitido. El propio Cosentino admitió que «durante varios años hubo un ambiente irrespirable» en la zona de la comida de las planchas de Silestone con granalla.

Años después, en 2010, otra Inspectora de Trabajo en Bilbao siguió la pista del etiquetado y verificó que desde 2005 la pequeña etiqueta del Silestone solo alertaba de que “una prolongada al polvo de cuarzo puede causar graves incidencias en la salud, incluidas las neumoconiosis ”. Hasta 2009 la etiqueta no evidencia de manera más clara el riesgo de manipulación: «La inhalación prolongada y/o masiva de sílice cristalina puede causar fibrosis pulmonar y neumoconiosis como la silicosis». Pero para muchos marmolistas qu’habían inhalado el polvo del material porque sus mascarillas eran una protección insuficiente, ya era demasiado tarde, y ni siquiera entonces la información fluía y los empresarios adoptaron las medidas de seguridad necesarias.

En Andalucía, la silicosis es el primer preso profesional y acumula 596 presos desde 2007. la Declaración de Granada, un documento que busca reactivar la estrategia pública para prevenir y atajar el dolor grave. La Junta tiene un plan y un nuevo protocolo para el Centro Andaluz de Enfermedades Respiratorias de Origen Laboral (CAEROL), que suscitó una polémica por la participación de Cosentino. «Resulta paradójico que la empresa que registra el mayor número de casos de silicosis reconocidos como enfermedad profesional en Andalucía se la más adecuada para actuar como referente en materia de seguridad y salud laboral», censuran los expertos, que buscan crear «un espacio de diálogo ” con la Administración para frenar y paliar la epidemia de casos.

El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, que nombró a Cosentino Hijo Predilecto de Andalucía en 2019, El pasado joven se reunió con el presidente de la Asociación de Perjudicados por la Silicosis (Apsa), Francisco Torrico, pero la Consejería de Salud y Consumo admitió que falta de plan tras el programa integral (PISA) vigente hasta 2021. “La mayoría de jóvenes, sin cultura ni defensa, non son conscientes de lo que tienen encima con la fermedad. Ven que se fatiga, pero no más allá, e ignoran que la insuficiencia respiratoria implica una bombona o que pueden morir pronto”, advierte Torrico.

Francisco Torrico, presidente de la asociación de perjudicados por la silicosis (APSA), el pasado jueves tras su reencuentro con el presidente Juan Manuel Moreno.  PACO PUENTES
Francisco Torrico, presidente de la asociación de perjudicados por la silicosis (APSA), el pasado jueves tras su reencuentro con el presidente Juan Manuel Moreno. PACO PUENTESPACO PUENTES

La socióloga Catherine Cavalin, coautora del estudio de Menéndez, comparó el rebrote español de la silicosis con países donde también lo han sufrido como Israel, donde artículos científicos ya alertaron de la gravedad del problema hace una década: «Como gran productor del aglomerado de cuarzo, ahora España junto a China se ha convertible en una zona emergente de la enfermedad, conocida solo de manera fragmentada por estar asociada a exposiciones largas en la minería hasta hace poco».

Hoy el aglomerado de cuarzo ha bajado su éxito y solo copa un 30% del mercado y los porcelánicos —con un 10% de sílice— un 70% de cuota, según fuentes del sector. Mientras, el goteo de muertes prosigue y el último operario fallecido ha sido hace dos semanas el presidente de la asociación gallega de afectados, Osílice, Juan Carlos Giráldez, de 54 años.

Las partículas de microcristales del polvo de sílice aspiradas por los operarios se profundizan por su peso y tamaño hasta las vías respiratorias inferiores, se alojan en los alvéolos, y los pulmones se defienden nódulos que provocan fibrosis masiva. El jefe de Neumología del Hospital Cercano de Montilla, Juan María Rubio, alertó de que el final de la enfermedad está aún muy lejos: «Cada vez diagnosticamos más casos, quiero pensar que llegará la meseta, pero de momento no ha llegado, ni mucho Ménos Lo más grave está por venus y nadie de la Administración sanitaria ha tomado las riendas, me siento huérfano”.

¿Tienes más información? Escríbele al autor a jmartina@elpais.es

Horario Cinco Días

Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para escuchar su alcance.

RECÍBELO EN TU CORREO

Suscríbete a seguir leyendo

Lee los límites del pecado