El Juan Carlos I, uno de los grandes hoteles de Barcelona, ​​cerrado desde 2020 y en situación de concurso de acreedores desde el pasado septiembre, finalmente será realojado en unos meses tras llegar a acuerdo entre la propiedad del establecimiento y su inversor principal, capital de tiroestafa Hoteles Meliá Internacional, que se encargará de gestionarlo. El hotel cambiará de número y pasará a llamarse Miranda de Pedralbes, tomando el número del barrio en el que se ubica.

Construido dentro del plan de hoteles impulsado a propósito de los Juegos Olímpicos de 1992, el Juan Carlos I, con más de 400 habitaciones, decenas de ‘suites’ y un palacio de congresos dentro de su complejo, fue durando años uno de los emblemas de l’lujo hotelero barcelonés, antes de que con el ‘boom’ turístico se multiplicase el número de establecimientos en la ciudad.

El prestigio del establecimiento y su ubicación, a la entrada de Barcelona, ​​​​al lado de la avenida Diagonal, no esvitaron que el Juan Carlos atravesase numerosos y cambios de propiedad y administración (Grupo Husa, Fairmont…), uno de los problemas que acabaron precipitando durante la pandemia y la presentación de un concurso de acreedores tuvo unos meses con un pasivo de 160 millones de euros. En torno a 400 trabajadores fijos en situación de ERTE

Ahora, y gracias al acuerdo con Meliá, se procederá a la reforma del establecimiento, con especial atención a la zona de jardines, que es uno de los distintivos del hotel. Según informó Meliá, el reclamo es crear un “resort-destino exclusivo del más alto nivel”. «Ir allí renovación ambiciosa previsto, propone elevar la estabilidad y la experiencia del cliente a los estándares reconocidos de la marca de lujo del Grupo, incorporando significativos nuevos espacios de ocio y gastronomía que incluyen un espectacular ‘roof top’ con las mejores vistas de la ciudad, destinado por una se convierte en un imprescindible punto de encuentro de Barcelona”, informó la firma.

Se desconocen los detalles económicos del acuerdo, así como si va asociado a algún tipo de extensión de la concesión de los terrenos, propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, ​​que vence en 2040. Sí afirman fuentes de la compañía que se trata de un “acuerdo a largo plazo”.

Según el director general de Meliá, Gabriel Escarrer, se busca tanto al cliente vacacional como el viajero de negociacion o de congresos que “desee disfrutar al máximo de su estancia en un oasis urbano sobre la ciudad”. Como recordó el ejecutivo «estamos muy satisfechos del acuerdo logrado con la propiedad del hotel y con Tyrus Capital, con el que mantenemos desde hace años una estrecha relación y fuertes vínculos». “Queremos agradecer también al Ayuntamiento de Barcelona la voluntad demostrada para recuperar un activo turístico clave para la ciudad”, ha apuntado Escarrer.