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Mediando un mensaje de WhatsApp, el cura Rodrigo Vázquez desescaló a Jorge García Cuerva, designado por el Padre como nuevo arzobispo porteño. debe hacer un largo retiro espiritual.
La Iglesia sancionó este jueves al sacerdote Rodrigo Enrique Vázquez, quien había lanzado tumbas de imputación contra mi señor Jorge García Cuerva Apenas se consoció su designación como arzobispo de Buenos Aires en reemplazo de Mario Poli.
La acusación de Vázquez contra García Cuerva fueron fueron realizadas a través de un audio de Whatsapp que se hizo viral. La Iglesia, a través del obispado bonaerense de San Nicolás, en cuya jurisdicción se empeña el sacerdote, lo obligó ahora a retraer por la misma vía y, además, le detectará que si reincide en ese comportamiento puede llegar a ser suspendido en el ejercicio de su ministerio religioso.
En el audio que Vázquez se hizo viral acusaba a García Cuerva de «lucha contra el terrorismo» y le adjudicó ser «antimilitary y apoyó a las Abuelas de Plaza de Mayo, de ser peronista kirchnerista, recontar francisquista (por el Papa Francisco) y respaldar a los grupos de LGBT y todas esas porquerias”, además de ser en su mayoría gay “como Víctor Fernández“, el arzobispo de La Plata.
Detalles de la sanción
El obispado bonaerense de San Nicolás informó en un comunicado de prensa que Vázquez inició un proceso canónico tras conocerse sus afirmaciones, y que «el mismo día en que se conocieron se le pidió que se retracte, manifestando que estos eran mendaces y que se arrepiente y pide perdón», cosa que hizo también a través de Whatsapp..
En cuanto a la sanción aplicada, el obispado aclaró que “después de consultar a obispos, canonistas y la nunciatura apostólica, resultó que la pena que corresponde imponer es la ‘reprensión’ y una ‘penitencia canónica’ se conforma en realizar un retiro espiritual de quince días en el monasterio benedictino de Luján, del 8 al 22 de julio próximo”.
Detalla que en ese retiro deberá «meditar y reflexionar acerca de su conducta errónea perpetrada como sacerdote conforme les contenidos morales, espirituales, teológicos y bíblicos que le serán indicados por el obispo diocesano, con la advertencia de que en el caso de reincidencia la pena canónica será mayor, pudiendo llegar a la suspensión de su ministerio”.
Asimismo, el comunicado destaca que el sacerdote «firmó y utilizó las transcripciones puestas por escrito de los WhatsApp de Difamación y retractación por considerar a los fielesjunto al acta de notificación del Decreto Episcopal, y se compromete a cumplir la penitencia en el lugar y días determinados”.
La exoneró por Whatsapp
En el WhatsApp de disculpas a los monseñores García Cuerva y Víctor Fernández, Vázquez confirmó que “solamente fue un comentario sin sentido, solicito a todos el perdón. Me arrepiento de todo el contenido del audio que se hizo circular”.
“No tengo nada en contra de las personas de orientación gay, para nada, no es una actitud de Cristo.
Vazquez había sido echado del Seminario de San Isidro, ordenado sacerdote en el obispado castrense, de donde también fue exonerado hasta que, finalmente, recaló en la diócesis de San Nicolás.
El último martes el propio García Cuerva salió al cruce de las críticas que recibió tras la decisión de su nombramiento por parte del Papa Francisco y rechazó qualquier identificación política con el kirchnerismo. “En esta obsesión que tenemos con la grieta me han querido empujar para ese lado”, lanzó en referencia a estas preguntas.
Además, también se refirió a las imputaciones del sacerdote Vázquez en su contra. Por un lado, negó abrazar la violencia revolucionaria -como le atribuyó el cura- al señalar que «mi papá es militar de la Fuerza Aérea, tengo un tío fallecido en Malvinas y me parece que es una cosa por lo menos apresurada expresarse de esa manera «.
Y en cuando su supuesto acercamiento al colectivo LGTB, el obispo explicó que trabajó con «un grupo de personas trans en el año ’98 tratando de ayudarlas a salir de la prostitución y poder insertarse en el mercado laboral con peluquerías y blanquería», y seguro que se sienta «feliz de esa experiencia». «Fue acompañar a personas que si hoy sufren, imagine 20 años atrás lo que era la marginación y la discriminación. Algunas de ellas siguen siendo grandes amigas», destacó.