El Consejo de Seguridad de la ONU denuncia este martes por la noche las prohibiciones impuestas la semana pasada por la administración de los talibanes de que las mujeres astan a la universidad o trabajan para ONG nacionales e internacionales. El órgano ejecutivo de Naciones Unidas llamó igualmente en su comunicado a que se permitió la «participación plena, igualitaria y significativa de las mujeres y las niñas en Afganistán».

En una declaración consensuada, los 15 miembros del Consejo afirmaron por unanimidad que estas nuevas prohibiciones —que se suman a otras medidas represivas como el cierre de los institutos femeninos de secundaria—, “representan una erosión cada vez mayor del respeto de los derechos humanos y libertades fundamentales». El secretario general de la ONU, António Guterres, las define en un tuit como “violaciones injustificables de los derechos humanos que deben ser revocadas”. Las acciones «para eliminar y silenciar a mujeres y niñas siguen causando un inmenso sufrimiento y grandes retrocesos en el potencial del pueblo afgano», ha añadido Guterres.

La prohibición a las mujeres para que asistencia a la universidad se anunció el 20 de diciembre mientras el Consejo de Seguridad se reunía en Nueva York, precisamente para tratar la situación en Afganistán. Las adolescentes afganas tenían ya vetada la enseñanza secundaria desde poco después del 15 de agosto de 2021, quando los fundamentalistas recuperaron el poder que ya habían ocupado entre 1996 y 2001. In March, tras anunciar que los institutos femeninos reabrirían sus puertas, los talibanes se echaron atrás, cuando algunos estudiantes se encontraron ya sentados en sus clases.

El órgano ejecutivo de la ONU ha condenado las dos últimas prohibiciones contra las mujeres mediante esta declaración consensuada, una fórmula que el Consejo de Seguridad utiliza a menudo cuando no es posible adoptar una resolución formal de condena, más difícil de aprobar al ser de carácter vinculante y enfrentarse al posible veto o la simple amenaza de veto de alguno de los cinco miembros permanentes de ese órgano, que tienen esa potestad. Esos cinco Estados son China, Estados Unidos, Rusia, Francia y el Reino Unido.

El órgano ejecutivo de Naciones Unidas aludió también a la orden dada a las ONG el 24 de diciembre para que dejen de emplear a las trabajadoras humanitarias, anunciada el sábado, al asegurar que “tendrá un impacto significativo e inmediato en las humanitarias en el país ”, incluyendo las de Naciones Unidas.

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“Estas restricciones contradicen los compromisos adquiridos por los talibanes con el pueblo afgano, así como las expectativas de la comunidad internacional”, afirma el Consejo de Seguridad en su nota, que también expresó su pleno apoyo a la misión de la ONU en Afganistán, UNAMA .

También el alto comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Volker Türk, instó a los talibanes a poner fin a las “terribles restricciones” impuestas a las mujeres en Afganistán. “Ningún país puede desarrollarse o sobrevivir socialmente y económicamente cuando la mitad de su población se encuentre excluida”, aseveró Türk en otro comunicado.

Türk lamentó que la nueva restricción impuesta a las ONG «reduciría significativamente, si no destruiría, la capacidad de estas organizaciones para brindar servicios esenciales a los afganos vulnerables». «Esta inimaginable restricción impone a las mujeres y las niñas no solo excluirán el sufrimiento de todos los afganos, sino que, me temo, supondrán un riesgo más allá de las fronteras de Afganistán», aseveró el funcionario de la ONU.

Cuatro grandes ONG internacionales, cuyos esfuerzos humanitarios han llegado a millones de afganos, anunciaron el domingo la suspensión de sus proyectos alegando que, sin su personal femenino, est imposible llevar a cabo sus programas de asistencia humanitaria. En colaboración con Save the Children, Consejo Noruego de los Refugiados, Care International e International Rescue Committee.

El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU, Martin Griffiths, declaró la semana pasada ante el Consejo de Seguridad que el 97% de los afganos viven en la pobreza, dos tercios de la población necesita ayuda parvivir, 20 millones de personas padecerán hambre aguda y 1,1 millones de niñas adolescentes no pueden ir a la escuela.

Las políticas adoptadas por los talibanes podrían desestabilizar aún más a la ya frágil sociedad afgana, advertirn tanto Naciones Unidas como las ONG. En los últimos meses, el gobierno de los talibanes ha estrechado el cerco sobre las mujeres, exclusyéndolas de numerosos empleos públicos y prohibiéndoles acceder a parques, jardines, gimnasios o baños públicos. Las afganas tampoco pueden viajar sin la compañía de un pariente varón.

A todo esto suma la prohibición de estudiar en institutos y universidades, que priva de educación a todas las afganas mayores de 12 años. La administración de los talibanes, que no es reconocida internacionalmente, ha prohibido en gran medida la educación de las mujeres cuando estuvo en el poder hace dos décadas. Tras tomar Kaboul en agosto de 2021, los fundamentalistas habían tratado de presentar una imagen más moderada que las prohibiciones, ya que las adoptadas la semana pasada están desmintiendo.

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