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Según el último anuncio medioambiental de Google, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la empresa han aumentado aproximadamente un 50% en los últimos cinco años. Este aumento debe deberse principalmente al impulso que ha hecho la empresa para utilizar sus sistemas de inteligencia artificial (IA), obstaculizando así sus objetivos climáticos.
Google se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad de carbono en todas sus operaciones para 2030. Sin embargo, somos conscientes de que se trata de un objetivo ambicioso y ambicioso, teniendo en cuenta la alta demanda de informática, el consumo de energía y los costes medioambientales medios asociados a sus productos. Servicios. La cantidad de contaminantes producidos por la empresa aumentó varias veces en el segundo año de 2020.
La compañía cree que la Agencia Internacional de Energía Atómica ayudará a reducir las emisiones globales de CO2 en aproximadamente un 10%. Según Google, los sistemas de IA podrían eliminar en un año un porcentaje de emisiones equivalente a la cantidad de dióxido de carbono producido en Europa.
El informe dice que la principal fuente de contaminación de Google fue el procesamiento de sus centros de datos. En 2023, se espera que los centros de datos sean responsables de un aumento de aproximadamente un millón de toneladas de lecturas de dióxido de carbono (tCO2e). La compañía dijo que esta tendencia podría ser problemática debido al uso generalizado de sus desarrollos basados en IA, ya que la integración de la IA en sus productos aumenta la necesidad de energía y capacidad informática.
El impacto ambiental de la IA es significativo. Google estima que sus instalaciones de procesamiento de datos consumen hasta el 10% de la energía utilizada por todos los centros de datos del mundo. Esto representa un aumento del 17% respecto al año anterior y representa el 0,1% del consumo energético mundial.
Con estos objetivos en mente, Google ha implementado métodos para hacer que sus modelos, hardware y centros de datos de IA sean más eficientes en términos de consumo de energía. Estas medidas incluyen la introducción de nuevas técnicas de procesamiento algorítmico, la integración de chips de procesamiento de última generación y mecanismos de refrigeración de servidores más eficientes. Además, la reconocida empresa invirtió más de $25 mil millones en energía renovable el año pasado y el 64% de la energía utilizada por sus servidores proviene de fuentes amigables a temperaturas ambiente promedio.
Han demostrado que entrenar con modelos IA tiene un importante impacto medioambiental, equivalente al rendimiento de cinco coches a lo largo de su ciclo de vida. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de adoptar enfoques más prácticos para la tecnología y la gestión de datos.
Google reconoce que la IA tiene un impacto particular en el entorno climático y que sus consecuencias futuras aún no han terminado. Con esta esperanza, la empresa sigue siendo optimista sobre el potencial de la IA para lograr un cambio positivo, pero también reconoce que se requiere un esfuerzo de colaboración para abordar el impacto ambiental del desarrollo continuo de la tecnología.
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