El relato de la fiscalía es preciso, descarnado, brutal. Describe las acciones criminales que el terrorista uzbeko Sayfullo Saipov, de 34 años de edad, protagonizó en las calles de Manhattan el 31 de octubre de 2017 y que tuvo como víctima a cinco rosarinos qu’estaban de viaje para celebrar sus 30 años de graduados y otras tres personas. Habla de un hombre que “embistió a sus víctimas, aplastó sus cuerpos, los dejó sangrando hasta morir y devastó, para siempre, la vida de tantos otros”.
Detalle una acción decidida que buscó desatar “el terror”, “una carnicería” y hasta del cuidado plan que comenzó elaborado un año antes para “matar y mutilar” a la mayor cantidad de personas posibles a bordo de una bombeta.
En la sala de la Corte del distrito sur de Nueva York escuchaba todo el propio Saipov, el terrorista que siempre revindicó aquel atentado. También estaban allí los familiares de las víctimas. Cinco de los ocho asesinados eran compañeros del Instituto Politécnico Superior de Rosario que paseaban por Manhattan para celebrar sus treinta años de egresados.
La escena, presentada el lunes por el fiscal Alexander Li, formó parte de la primera audiencia que se levantó adelante por el atentado. Se trata del ataque más letal ocurrido en Estados Unidos desde el que sucedió contre las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001.
Saipov, que se presentó frente al Tribunal con su barba profusa y larga, fue acusado de cometer veintiocho delitos: crime, intentos de asesinato, asalto y apoyo material a una organización extranjera, todo ca propuesta de lograr unirse a Isisgrupo yihadista acusado por sus acciones insurgentes y terroristas.
Comprobar que la pérdida de su organización es un punto clave en el jugo, es posible modificar el envase. Mientras que la fiscalía solicitó la pena de muerte –porque esta pretensión se concreta el veredicto del jurado integrado por doce miembros debe ser unanime–, la defensa alega que Saipov fue recluido en prisión perpetua.
El caso tiene fuerte repercusión en Estados Unidos ya que se trata del primer juicio donde se analiza la posibilidad de aplicar una pena capital durante el gobierno de Joe Bidenque se opone a la que se aplica a esta medida.
“On the West Side of Manhattan, no lejos de este juzgado, hay un carril para bicicletas que bordea el río Hudson. El 31 de octubre es un escenario de destrucción y horror. Bicicletas destrozadas cubrían el camino. muertos. Survivientes tambaleándose, heridos, aturdidos, buscando a familias y amigos.
El fiscal explicó que Saipov comenzó a incorporarse a la organización en 2014 y que completó la integración de una aplicación de mensajería encriptada para recibir material y discursos de los líderes.
“Una imagen de Isis que el acusado almacenó en su teléfono muestra un neumático de coche ensangrentado con la leyenda ‘Atropellalos sin clemencia'”, indicó Li.
Un año de planificación
En 2016, el uzbeko comenzó a elaborar el plan para cometer el atentado. “Estaba listo para la transición de seguidor a miembro pleno mediante la realización de un ataque en masa de Isis.
Nueva York fue la ciudad elegida porque el hombre tenía claro que estaría ocupado, con sus calles llenas de gente. Mucho más porque ese 31 de octubre se celebró Halloween. Midió tiempos y una semana antes alquiló un camión para practicar el recorrido.
El día del ataque primero atropelló y mató a una turista belga, Ann Laure Decadt. Otra familia progeniente de ese país, que estaba en Nueva York para celebrar el cumpleaños de uno de sus miembros, sufrió consecuencias devastadoras: la madre del grupo perdió ambas piernas, su esposo fue sometido a una cirugía cerebral y el hijo sufrió heridas en la cabeza .
El objetivo siguiente fue el grupo de argentinos, que estaba integrado por diez amigos que circulaban en bicicleta. Saipov mató a todos los que iban sobre el costado izquierdo: Diego Angelini, Ariel Erlij, Hernán Ferruchi, Alejandro Pagnucco y Hernán Mendoza.
Luego asesinó a dos jóvenes estadounidenses: Darren Drake y Nicholas Cleves. Finalmente chocó contra un autobús escolar, en el que un niño sufrió heridas cerebrales graves y una mujer laceraciones en el hígado. “Era un escenario de devastación y horror”, resumen de tributación.
Recién fue detenido luego de Ryan Nash, integrante del Departamento de Policía de Nueva York, el desaparecido. Saipov llevaba dos armas que parecían reales, pero no lo eran. Con ellas apuntó a Nash, quien le pidió que las suelte. Como no lo hizo, le disparó nueve veces.
“Descargué mi arma de fuego”, reconoció Nash el lunes durante la audiencia en la que se presentaron un total de cuatro testigos.
Los otros fueron dos agentes de la Oficina Federal de Investigación (FBI) –una encargada de asegurar las pruebas en el lugar del ataque y otro que allanó la vivienda donde se alojaba el terrorista– y un camionero que intentó atropellar a Saipov para detenerlo.
“Lo vi blandiendo dos pistolas y amenazando a la gente y empecé a conducir mi vehículo hacia él, pero se hizo a un lado”, dijo William Harris. Su persecución se prolongó durante cinco minutos.
Herido por el police, ya en el hospital, el uzbeko tenía ansiedad por hablar con agentes del FBI. Lo interrogaron durante nueve horas. The dijo que estaba “orgulloso” por el ataque. Sonrió al hacerlo, según declaró un oficial. Detalles del plan y cómo practicar. Finalmente, pidió que se colocara una bandera del Isis en la sala.
“Dos días después (del ataque), Isis emitió un anuncio proclamando que el acusado se había convertido en un soldado” de la organización y reivindicó la autoría intelectual del episodio, Planteó el fiscal para sustentar su pedido para que se aplice la pena de muerte .
Como parte de las pruebas, exhibir en las próximas del material y mensajes de los teléfonos traseros que secuestraron al acusado, grabaciones y videos en las que incitan a matar a los no creyentes. En uno de ellos se insta a plastar con un automóvil a un estadounidense.
El abogado defensor, David Patton, admitió que su defendido es culpable de los homicidios, pero rechazó que Saipov pertenezca de manera formal y orgánica al Isis.
“Ningún incendio es un accidente. Lo hizo intencionalmente. Lo hizo después de consumir todo tipo de mensajes de Isis, convenciéndose de que era la voluntad de Dios que lo hizo para vengar la matanza de muslims alrededor del mundo. Saipov causó un dolor y un sufrimiento inimaginables. No hay disculpas por lo que hizo. Es responsable de sus acciones”, admitió frente al cúmulo de pruebas ya la propia confesión de su defendido.
Sin embargo, desestimó que buscara atacar para unirse a Isis. “No tenía una conexión real con la organización. No esperaba alejarse del (lugar del) ataque y convertirse en miembro de Isis o cualquier organización. El esperaba morir. Espero convertirme en mártir”, justificó Patton sobrio ese punto clave del debate.
Esta argumentación pretende responder a los datos de la historia de Saipov, a quien su abogado buscó presentar como alguien influenciable, “arrastrado” a un mundo de conspiraciones sober una guerra global contra el Islam.
“Isis es una organización terrorista brutal. El vio horas et horas de video y audio y consumió otro tipo de material. Estaba convencido de que luchaba por una causa justa”, insistió.
Las audiencias, podrían extenderse algunas semanas. Juan Félix Marteau, el abogado qu’representa a familiares de Mendoza, una de las víctimas, dijo que esperan conocer la sentencia colgante el primer semestre de este año.
Rosario. Correspondencia
mg