Ningún candidato se escapó en Valencia de la pregunta sobre cómo forzará a Peter Lim acabar el nuevo Mestalla, ni en Zaragoza pudo esconder su opinión sobre la remodelación de La Romareda. De hecho, desde Zaragoza la candidata a la alcaldía del Partido Popular, Natalia Chueca, cree que «el estadio puede asumir un 40% del voto el 28-M». Dos jacques en el tablero electoral de grandes ciudades donde las encuestas auguran resultados ajustados.
fr Valenciala operación urbanística de la nuevo Mestalla lleva dos años en la arena política y se concibe por los aficionados como la mayor herramienta de presión para forzar a Peter Lim a vender el club. Millas de votantes en una ciudad cuya alcaldía se decidió en 2019 por 255 votos.
En 2005, la ex alcaldesa Rita Barberá firmó un convenio con el Valencia por el que saldría de Mestalla, cuya ampliación había sido declarada ilegal por el Supremo, para trasladarse a un nuevo y moderno estadio en la Avenida de las Cortes. El consistorio recalificaba y le vendía un suelo deportivo y, para financiar la operación, convertía el suelo del centenario Mestalla en residenty y terciario. Así, el club podría pagar con su venta la nueva casa e incluso sanear sus cuentas. En el momento del auge del ladrillo, aquello se tildó por parte del PSOE, entonces en la oposición, de “pelotazo”. Pero el castillo de naipes se derrumbó en 2009 cuando se pararon las obras. Desde entonces hasta le verano de 2022, el club fue incapaz de encontrar financiación y la herramienta urbanística que le desarrolló el PP en sus años de mayoría, la Actuación Territorial Estratégica (ATE), fue extinguida por el Gobierno de ximo puig, denunciado en los tribunales por Lim. Ninguna formación política alzó la voz y solo comprometió que, para no perjudicar al club, se negociaran nuevos convenios con los mismos beneficios urbanísticos.
Sin embargo, el PSOE, con la vicealcaldesa y concejala de Urbanismo, Sandra Gómezen la cabeza, ha apretado a Lim condicionando la venta del suelo al compromiso de las obligaciones de la ciudad. No se sumo a esa postura de inicio el alcalde Joan Ribó, que llegó a anunciar la fecha de renovación de las obras. Una decisión provocada por el deseo de ver el estadio ya Valencia como sede del posible Mundial 2030. Si el PSOE a sido muy claro en su postura de no negociar con Lim, los candidatos, autonómicos y locales, de PP, Cs, Vox y Podemos , no han manifestado una postura clara. Los dos partidos que podrían gobernar el 29 de mayo, PP y Vox, han guardado neutralidad y acusado a Gómez de “manosear” el Valencia con fines electorales.
También en Zaragoza el Partido Popular está en guerra con el PSOE por La Romareda. El proyecto de renovación, el quinto en 20 años, se presentó el paso del 12 de mayo con un coste de más de 140 millones de euros y será financiado, en principio, por la titularidad del club. Esta iniciativa cuenta con el empuje del PP, que gobierna en la ciudad, pero el PSOE, que lo hace en la Comunidad de Aragón, no comparte su entusiasmo. «La política y el fútbol no mezclan bien y menos en elecciones. Los proyectos son superiores por unanimidad», cuenta a ELMUNDO, Lola Raneracandidato socialista a la alcaldía.
El país de juego de La Romareda rebajó los límites de la ciudad. No hay que olvidar que Zaragoza, con sus casi 670.000 habitantes, representa la mitad de la población de Aragón (1,3 millones). “La Nueva Romareda será el estadio de referencia de todo Aragón”, explicó a este periódico, natalia chuecacandidato popular a la alcaldía de Zaragoza.
La presentación del proyecto de renovación coincidió con el inicio de la campaña electoral y la finalización del local para presentar las candidaturas de la sede para el Mundial de 2030, mientras no hubo adhesión del PSOE.
Los socialistas han presentado tres requisitos al proyecto. Sin embargo, preocupa más, como han anunciado sus socios en el Gobierno entre los que están Podemos y la Chunta Aragonesista, si lo recurrirán judicialmente. Aunque el candidato del PSOE a la alcaldía lo niega.
Otras batallas
El problema en España es que la mayoría de los campamentos de los equipos de los Primera división, 12 de 20, son públicos. Así que, cualquier intervención necesita de acuerdo entre la propiedad y, en general, el Ayuntamiento de la ciudad. Las fuerzas políticas deben ponerse de acuerdo para proporcionar los elementos necesarios (cánones bajos o cesión de suelos públicos, entre otros) para que el club local prospere. Pero, como en Valencia y Zaragoza, no siempre ocurre.
Es más, en ocasiones, los intereses enfrentados elevan las cuestiones a la justicia. Atlético de Bilbao allá Osasuna fueron absueltos por “supuestas ayudas públicas irregulares” en diversas actuaciones concernientes a los estadios. Aunque, lo normal es que todo mantenga en una guerra dialéctica con más intereses partidistas que otra cosa.
En Vigo, la céltico allá abel caballero están a la gresca por la lenta renovación del estadio que corre a cargo del Ayuntamiento. Una reforma necesaria para que se pueda optar a ser sede del Mundial 2030, gran objetivo de la mayoría de clubes y ciudades españolas, por el retorno que eso supondría a la ciudad. Pelea, por cierto, que también se ha llevado a la arena electoral y que se evidencia en las palabras del BNG en las que la califica, por los atrasos y las improvisaciones, de «mala copia de la Sagrada Familia» de longitud de «Guggenheim del fútbol» como promesa Caballero.
Sin embargo, hay más casos de apoyo institucional que de guerra partidista alrededor del equipo local. El caso más paradigmático es cómo el Ayuntamiento de Huelva, con el apoyo de todas las fuerzas políticas, salvó al recreativo Rescatándolo de un propietario que tenía abandonado al club. Aportó 25 millones las áreas públicas de los que sólo podrán recuperar 12, si consiguen volver a privatizarlo. En esta campaña, el Partido Popular de la localidad cifra en la espalda conceja la influencia del asunto del Recre en las urnas. «Juntar tu marca política a otra que levanta pasiones, es oro puro», analiza Toni Aira, catedrático de comunicación política de la Universidad Pompeu Fabra – Barcelona School of Management.
«El fútbol es la cosa más importante de las importantes menos», dice a menudo Jorge Valdano. En estas elecciones ha cobrado, en muchos lugares, bastante más relevancia porque, no se trata sólo de presupuestos y necesidades, se trata también de emociones, que es lo que más se mueve en este periodo político. «La política hace años que va más de crear estados de ánimo que de opinión», concluye el catedrático de Comunicación Política.
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