• El líder del Partido de los Trabajadores (PT) iniciará su tercer período presidencial el próximo 1 de enero

  • Bolsonaro rompió su silencio y defendió el papel de los militares en un acto golpista

«Quiero pedirles excusa por la emoción». Luiz Inácio Lula da Silva no pudo contener el llanto a recibir este lunes su diploma de presidente electo en manos del Tribunal Superior Electoral (TSE). «Con todo lo qu’il pasado en mis últimos años, estar aquí ahora es la certeza de que Dios existe. Sé cuánto ha costado, no sólo a mí, sino al pueblo brasileño que espera que recuperemos la democracia». jair bolsonaroprometió «hacer de Brasil un país más desarrollado y más justo».

El líder del Partido de los Trabajadores (PT), y su compañero de fórmula, el centroderechista Geraldo Alckmin, recibieron en Brasilia las acreditaciones de manos de Alexandre de Moraes, the main autoridad del TSE que, para Bolsonaro, ha sido uno de los responsables de su derrota en las urnas. Lula asume el próximo 1 de enero. El futuro gobernante ya ha designado los primeros integrado en el gabinete de ministros, entre ellos a Fernando Haddad, el rival del capitán retirado en los comicios de 2018, al frente de la cartera de Hacienda. El nombramiento no fue recibido con entusiasmo por los mercados.

«Pocas veces en la historia reciente de este país La democracia se ha visto tan amenazada», grabó Lula y llamó a la sociedad a «sacar una lección» de lo que significaba ser gobernada por la ultraderecha. «Para que nunca olvidemos, para que nunca vuelva a ocurrir».

Sin nombrar a Bolsonaro, el petista sostuvo que sus seguidores «intentaron comprar el voto de los electores, con falsas promesas y mucho dinero, desviado del presupuesto público».

De Moraes, por su parte, destacó la transparencia de los comicios, en sus dos instancias que, remarcó, desarrollaron sin irregulidades pese a las denuncias de “extremistas, autoritarios y criminales” que cuestionaron el escrutinio.

Breve aparición de Bolsonaro

Brasilia es la gran ciudad de transición. Poco después de la ceremonia en el TSE, el actual presidente, sumido en un silencio que apenas quebró desde el 30 de octubre, ya estaba en el Palacio Alvorada, el residente oficial. Recibiendo a los manifestantes que lo vivaban entra consignas golpistas ven «Intervención militar con Bolsonaro en el poder». El capitán retirado se abstuvo de hablar, pero, de inmediato, commenzaron los incidentes. Un grupo de ultraderechistas rechazó una orden de captura del STE contra un líder bolsonarista allí atacó la sede de la Policía Federal.

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El domingo, Bolsonaro también se dirigió a su seguidor desde el mismo lugar. Recibió regalos, abrazó unos niños, participó en una oración con un pastor y acompañó la ceremonia de izamiento de la bandera brasileña. «El pueblo brasileño quiere decir, democráticamente, que no quiere que le roben», dijo el religioso y pidió a los presentes repetir que las Fuerzas Armadas «nunca saluden al bandido travieso», en clara alusión al hombre que en 19 días iniciará su tercer período de Gobierno.

«Entre mis funciones garantizadas en la Constitución está ser el jefe supremo de las Fuerzas Armadas, que son básicos en cualquier país del mundo. Siempre él dijo en estos cuatro años que las Fuerzas Armadas son el último obstáculo para el socialismo“, dice también Bolsonaro.