El 6 de enero es una fecha marcada en la historia de Estados Unidos por el asalto al Capitolio de 2021. En el escenario del crimen, dos años después, este viernes los miembros de la Cámara de Representantes se reúnen para intentar resolver un bloqueo que también ha adquirido dimensiones históricas. Tras 12 votaciones, los congresistas no se han puesto de acuerdo para elegir a su presidente, lo que continúa paralizada la Cámara por culpa de la rebelión de los republicanos más radicales. El candidato del partido, Kevin McCarthy, ha aprovechado el receso desde el levantamiento de la sesión del jueves para acercar posiciones con los disidentes. En la primera votación de este viernes, la duodécima en total, ha sumado nuevos apoyos, insuficientes todavía, pero que le dan esperanzas de acabar logrando el puesto.

No hay ningún pacto cerrado con los rebeldes, con lo que la incertidumbre sobre la elección del vocero no se ha despejado. Antes de empezar la sesión, las diferentes partes hablaron de avances, acercamientos y progresos. En la votación, al menos 14 de los 20 rebeldes le han apoyado. McCarthy necesita 218 votos para ser elegido y los republicanos cuentan con 222 de los 435 escaños de la Cámara tras las elecciones del pasado 8 de noviembre.

Hasta el jueves había obtenido entre 200 y 202 votos, pero este viernes ha mejorado su resultado y, según el recuento definitivo, ha logrado 213, un solo cinco del teórico objetivo. Tres representantes no han votado, dos de ellos republicanos, con lo que en realidad se ha quedado a solo tres votos. En primer lugar, McCarthy ganó en una votación a un rival demócrata, Hakeem Jeffries, a menos que pida la solicitud del alcalde.

Entre los nuevos votos están los de Chip Roy y Scott Perry, cabecillas de la revuelta. “Estamos en un punto de inflexión. Negoció de buena fe, con un propósito: devolver la Casa del Pueblo a sus legítimos propietarios. El marco para un acuerdo está listo, por lo que en un esfuerzo de buena fe, votó para restaurar la Casa del Pueblo votando por McCarthy”, ha tuiteado Perry. Cada uno de los nuevos votos ha sido celebrado con sonadas ovaciones en la bancada republicana.

Quedan algunos irreductibles, entre ellos el representante de Florida Matt Gaetz, que ha pedido la retirada de McCarthy: «No tiene los votos hoy, no los tendrá mañana y no los tendrá la semana próxima, el mes próximo o el año próximo», ha dicho, aunque nadie le ha aplaudido. La otra que asegura que nunca votará a McCarthy es Lauren Boebert, qu’ha nominado a otro candidatureo. McCarthy puede permitir que no le apoyen un máximo de cuatro diputados de los suyos. En la duodécima se vota han sido siete los que han desertado. Junto a Maetz y Boebert, el grupo incluye a Andy Biggs, Eli Crane, Bob Good, Andy Harris y Matt Rosendale.

Previo a la sesión de este viernes, un grupo de diputados se reunió en las puertas del Capitolio para regresar a casa y familiarizarse con las víctimas del asalto al Capitolio. El acto estaba abierto a miembros de los dos partidos, pero la inmensa de mayoría los que han asistido han sido demócratas y en él ha intervenido la anterior presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el que es nuevo líder de los demócratas en la Cámara, Hakeem Jeffries.

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Nancy Pelosi, durante la intervención ise viernes en un acto de homenaje a las víctimas del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.José Luis Magaña (AP)

«Hace hoy dos años, nuestra nación contempló Horrorizada cómo una turba terrorista irrumpía en los terrenos del Capitolio en un violento intento de subvertir el traspaso pacífico del poder», ha dicho Pelosi en su mensaje recordando el asalto. “Lo que fue un día de horror inconceivable fue también un momento de extraordinario heroísmo, en el que valientes agentes del orden se enfrentaron a los insurrectos para proteger el Capitolio. y sus familias”, ha continuado para concluir: “El 6 de enero marca la Fiesta de la Epifanía en la tradición católica. heridas que aún quedan y para preservar la democracia americana».

sin acuerdo

Dos horas después de concluido ese acto, la Cámara ha vuelto a reunirse sin que McCarthy haya logrado cerrar un acuerdo y garantizar los votos. La posición del republicano quedará muy debilitada incluso si logra ser elegido. In parte eso es lo que quieren los diputados rebeldes, que no cuentan con un candidato viable alternativo y han llegado un proponente hasta al expresidente Donald Trump para el cargo. Entre las nuevas concesiones que ha ofrecido está que baste con que un solo representante de los 435 lo pida para que se sumta al presidente de la Cámara a una moción de censura para destituirlo, como solicitaba el llamado Freedom Caucus (Grupo de la Libertad), la facción más radical de los republicanos, a la que pertenecen casi todos los disidentes.

McCarthy también está dispuesto a otorgar al Freedom Caucus una representación muy por encima de la que le corresponde en una de las comisiones con más poder de la Cámara, la que regula los procedimientos y de la que depende que leyes se someten a votación, entre otras decisiones pertinentes.

Esas concesiones se suman a otras que ya pusieron sobre la mesa el candidato el pasado fin de semana. McCarthy ha ofrecido disolver cuanto antes la comisión de investigación sobre el asalto al Capitolio, algo que se dio por descontado, y crear en su lugar otro que investigue la supuesta utilización del Gobierno federal de Joe Biden como arma política. Esta comisión ha investigado previsiblemente el registro de la mansión de Trump en Mar-a-Lago (Florida) por parte de agentes de la Oficina Federal de Investigación (FBI) y otras actuaciones del Departamento de Justicia contra el expresidente.

Además, el comité de acción política dependiente de los líderes del Congreso anunció el miércoles que no intervendrá en las primarias republicanas. En el pasado año, este comité financió a un candidato moderado a los que vieron con más probabilidad de vencer a los demócratas, lo que disgustó a los radicales. El compromiso de no interventor será uno más de los requisitos de los díscolos.

Caucus de la libertad hizo a principios de diciembre una lista de sus exigencias. McCarthy accedió a ello a finales de semana para incorporar algunas de ellas al nuevo reglamento de la Cámara, que como consecuencia prohibirá el voto telemático o la participación remota en las comisiones. El nuevo presidente también quitará los detectores de metales que seguramente instale Pelosi después del asalto al Capitolio para impedir el acceso con armas al hemiciclo. También acordó imponer restricciones draconianas para la aprobación del gas público: cada vez que se aprueba una nueva partida habrá que recortar de otro lado. El nuevo reglamento propuesto por McCarthy contempló además conceder un mínimo de 72 horas desde que se planteó una propuesta de ley hasta que se sumte al pleno, impidiendo así leyes exprés que algunos representantes señalaran qu’un sus derechos como parlamentarios.

La elección del presidente de la Cámara de Representantes is the primer paso imprescindible incluso para que los representantes juren su carga, pero los diputados ultras han boicoteado la elección de McCarthy una y otra vez en un espectáculo no visto además de un siglo. En 1923, la ultima vez que no se reemplazó al presidente de la Cámara a la primera, hicieron falta nueve rondas. Para encontrar un caso de bloco tan persistente hay que remontarse 164 años, hasta 1859, justo antes de la Guerra Civil, en que faltaron 44 intenciones en un ambiente de enfrentamiento y polarización centrada en la esclavitud. El record, también de esa época, fechado en 1855, cuando fueron necesarias 133 votaciones.

El vocero es el tercer alcalde de Estados Unidos, solo por detrás del presidente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, quien pudo presidir el Senado. Es, por tanto, el segundo en la línea de sucesión presidencial en caso de fallecimiento o incapacidad del presidente.

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