El as tensiones de Belgrado y Pristina, la capital kosovar, se remonta a las guerras provocadas por la desmembramiento de Yugoslavia de los años 90, que en esta región culminó con la Guerra de 1998-1999. Este conflicto se reveló finalmente frente al bombardeo de la capital serbia por parte de la OTAN, que intervino a favor de la mayoría albanesa de Kosovo. Tras este episodio, los Líderes kosovares declarar unilateralmente el independencia de Kosovo de Serbia en 2008, pero varios países en el mundo (entre ellos, España) y Belgrado nunca han reconocido la legitimidad de la declaración. Lo que, desde entonces, ha mantenido en el filo de navaja el relación entre Kosovo y Serbia contribuyó a bloquear la intrusión de ambos países en la Unión Europea.

En este contexto, en el último año, se ha producido una nueva escalada por decisión de pristina exigir que todos los vehículos que circulan en el país tengan matrículas de Kosovo, algo que rechazaran alrededor de 50.000 serbokosovares. El argumento de Kosovo es que tampoco Belgrade reconoce los documentos que expiden ellos, por lo que se trataría de una decisión motivada por el principio de reciprocidad.

Aún así, hace semanas, el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, anunció que Pristina había aceptado finalmente la solicitud de la UE de suspender sus aviones de Multar a los vehículos con matrículas serbias y que Belgrado se había comprometido a no emitir más estos documentos. Pero el anuncio de las autoridades kosovares de querer convocar en breve nuevas elecciones locales en los municipios de la mayoría serbia ha une uneterreado nuevamente la crisis. Tanto es asi que en las ultimas horas, pristina anunció que estos cómicos serán postergados, aunque los efectos de este anuncio son aún inciertos.