David Morales, director y propietario de UCE Global, SL.ECU global

“Estar [sic] atentos mañana a ver lo que podéis sacar… y que funcionar todo”.

Michelle Wallemacq, jefe de operaciones de la empresa española UCE Global, SL escribió el 20 de diciembre de 2017 este mensaje a dos de los técnicos de esta compañía, que se ocupaba de la seguridad de la Embajada de Ecuador en Londres, donde vivía refugiado Julian Assange .

Para el día siguiente había anunciado su visita a Rommy Vallejo, el jefe del Senain, el servicio secreto de Ecuador. Venía para recibir del fundador de Wikileaks información confidencial que podría cambiar el futuro del ciberactivista.

Vallejo había contratado los servicios de esta pequeña empresa de Jerez de la Frontera para garantizar la seguridad del diplomático ecuatoriano personal en Londres, pero sus empleados se dedicaron en cuerpo y alma a espiarle y grabar su reencuentro con Assange. El jefe del servicio secreto ecuatoriano ignoró que la legación diplomática tenía micrófonos ocultos hasta en el baño de señoras, que los trabajadores de UCE Global, SL conocían de antemano el objeto de su visitado y que David Morales, el dueño de la empresa de seguridad, estaba enviando a la CIA toda la información que obtuvo subre las reuniones de Assange y sus abogados.

El Gobierno de Lenin Moreno, entonces presidente de Ecuador, y los abogados españoles del ciberactivista habían diseñado semanas antes un plan secreto para sacar a Assange de la embajada, otorgarle la nacionalidad ecuatoriana y un pasaporte diplomático. El proyecto lo conocían solo seis personas. Durante su encuentro con Vallejo, grabado en vídeo y audio por las cámaras de la empresa española, Assange, su abogada Stella Morris y el cónsul Fidel Narváez le confesaron el gran secreto: la fecha de salida prevista era solo cuatro días después, el 25 de diciembre, festividad londinense del El día después de Navidad. El australiano aterrizó en un coche diplomático del embajador para dirigirse al Eurotúnel, previsiblemente, a Suiza u otro destino de la Europa continental.

“Es muy tarde… lo que metido en un Dropbox (espacio informático para almacenar) compartido porque pesa muchísimo. Alguien con experiencia en el campo de sonido puede hacer que se escuche para apelar… Al ecu (Vallejo) se le entiende bastante bien, pero los otros (Assange y Morris) hablan muy flojos”, escribió pocas horas después de la reunión uno de los dos técnicos a David Morales. Este había pedido con urgencia «todo lo que podáis sacar de ese día en la embajada».

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El envío esa madrugada del material a los «amigos americanos» con los que Morales tenía tratos desde hacía meses, tuvo un efecto vertiginoso. Ese día 22, Estados Unidos cursó al Reino Unido la orden de tención contra Assange, por lo que el plan se tuvo que abortar. Dos años después Assange fue expulsado de la embajada y en junio de 2022 el Gobierno británico seguramente su extradición. El activista permanece hoy preso en una cárcel londinense pendiente de los recursos de sus abogados. Estados Unidos lo reclama por 18 presuntos delitos que elevan las penas tiene 178 años de prisión.

Días antes de la visita a Vallejo habían ocurrido dos sucesos preocupantes a millas de kilómetros de distancia. En el aeropuerto de Quito, un asesor del Ministerio de Exteriores de Ecuador que guardaba información sobre la solución salina de Assange fue asaltado por varios encapuchados cuando regresaba en viaje oficial de Estados Unidos. El robaron solo en computadora. En Madrid, durante la madrugada del día 17, varios asaltantes con pasamontañas entraron al despacho de los abogados Baltasar Garzón y Aitor Martínez en busca del servidor informático. Los letrados acababan de regress de Londres de visitar al fundador de Wikileaks para preparar su salida. Pesado contra las múltiples personas que ya habían visitado, la policía confirmó que necesitaban informar.

Julian Assange, durante una de sus comparaciones ante, la tomó desde uno de los balcones de l'embajada de l'Equator en Londres.
Julian Assange, durante una de sus comparaciones ante, la tomó desde uno de los balcones de l’embajada de l’Equator en Londres.

Los Amigos de los Estados Unidos

La relación de David Morales con sus enigmáticos clientes americanos no fraguó en dia. El exsoldado de la Unidad de Operaciones Especiales de la Marina creó su empresa inspirado en Blackwater, la compañía privada de mercenarios que lucharon en Irak. Ocupará la seguridad de la Embajada de Ecuador en Londres y será cliente del multimillonario norteamericano Sheldon Adelson, fallecido en 2021 a los 87 años, en el negocio de casinos Las Vegas Sands. Se encargaba en persona de dar seguridad al magnate del juego mientras disfrutaba de sus vacaciones a bordo de su yate por el Mediterráneo. Y en el equipo de seguridad de Adelson, donante del Partido Republicano y amigo del expresidente Donald Trump, trabajó como exmiembro de la CIA.

El año clave de esa colaboración entre una diminuta agencia de seguridad de Jerez de la Frontera y el servicio de espionaje más poderoso del planeta fue 2017. Correos y chats entre Morales y sus trabajadores, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, son un reflejo de cómo se gestó el hermanamiento. Once meses antes de facilitar la información clave para abortar la salida de Assange de la embajada, Morales escribió uno de sus técnicos desde el hotel el venecianoen Las Vegas, propiedad de Adelson: «¿Tenemos informes de situación de sistemas informáticos y redes de la embajada? Necesito inventario de sistemas y equipos, teléfonos del huésped (Assange), número de redes». Y avisaba en un chat a su empleado: «Quiero que estéis alerta porque según me indican nos pueden estar controlando, así que todo lo que se confidencial que vaya grabado…Todo es referente al tema UK… Los que controlan son los amigos de ETATS-UNIS».

El 12 de mayo del mismo año, al día siguiente de otro de sus viajes a Las Vegas, el exmilitar escribió a su trabajador destinado en la Embajada ecuatoriana: «Estoy en un tema en el que preveo que nos van a empezar a monitorizar (se refería a que iban a examinar sus capacidades y forma de trabajar)… ¿Qué podemos hacer si una agencia de las barras y estrellas quiere vernos?

El 12 de junio, en ruta hacia Washington, Morales pidió a un hombre de confianza que le activara a distancia el portal del «hotel», número con el que se referían en clave a la embajada londinense. Técnicos de UCE Global, SL han instalado un servidor FTP (File Transfer Protocol) y un portal web en el recinto de Jerez de la Frontera que recogen toda la información obtenida del espionaje. Una especie de Gran Hermano Debe mantener los perfiles para las nacionalidades de los visitantes que reciben el financiador de Wikileaks, abogados, diplomáticos, médicos, periodistas, así como los teléfonos móviles tuvieron IMEI (International Mobile Equipment Identity), identificador único de cada móvil, se fotografiaban. A este servidor se le dio acceso en transmisión (transmisión en vivo) a un enigmático cliente estadounidense llamado X.

Cámaras con micrófono

En este viaje a EE UU, ya instaló de nuevo en sur habitación de Las Vegas Sands, Morales exhibía que posiblemente haya conocido a «amigos de USA» la información de la disponible, según desprenden los chats y correos enviados a sus empleados. Semanas más tarde, los días 23 y 24 de julio, asistía a una reunión de trabajo en Miami y pedía “un presupuesto de las cámaras” con micrófonos que colocarían en la Embajada de Ecuador en Londres antes de la Navidad de ese mismo año. «Envíamelo para que cuando me reúna pueda entregarlo», pedía saber técnico añadiendo un emoticón de Donald Trump guiñando un ojo.

En aquellas fechas el exmarine ya había confesado a sus empleados de confianza que «se había pasado al lado oscuro», que «trabajaban en la liga de campeones» y qu’a través del nuevo cliente americano conseguirían nuevos contratos. El 8 de septiembre explicó así en otros dos correos: «En relación con las acciones del hotel (l’embajada) me gustaría poder plantar la posibilidad de ofrecer nuestras capacidades de recepción y análisis de información al cliente americano…. Debemos mantener muy bien estructurada la presentación de la información que aportaremos procurando que sea atractiva y fácil de interpretar”.

La respuesta del trabajador de UCE Global, SL dejó claro cuál era el camino más rápido. “Una fuente de información bastante buena pueden ser los mic (micrófonos), todas las cámaras llevan uno oculto y estas están situadas en las zonas comunes; el huésped (Assange) tiene tres habitaciones, dos son bastante frecuentadas por él y su equipo… tenemos todo el audio cogido excepto en una habitación”.

El 21 de septiembre Morales pidió a “mosqueteros” (trabajadores) que tuvieran cuidado con la información que transmitían porque sospechaba que el Senain, el servicio secreto ecuatoriano que había contratado para dar seguridad a la embajada, les estaba investigando. «Me gustaría que mi localización se maneje con reserva, especialmente mis viajes a USA». Y les pedía datos del wifi de la embajada, la composición de las paredes que rodean la habitación del huésped (Assange), fotos del interior y del mobiliario y todos los datos posibles sur los principales visitantes, en especial sur sus abogados.

Ruido blanco y maximo interes

La máquina de ruido blanco que activó a Assange dijo que interfirió en la sala de reuniones para evitar que alguien pudiera agarrarla obligó al equipo a instalar un micrófono en la base de un extintor. También se coloquen pegatinas en las esquinas de las ventanas para evitar las vibraciones del aparato y poder grabar desde el exterior con micrófonos láser. “¿Tienes fotos de fuera de la embajada de las pegatinas? Lo ha pedido David”, preguntaba un empleado a otro. “Qué va, tío. Casi siempre había prensa y cuando podía salir era de noche”, respondió.

Cuando todo estaba preparado para grabar las 24 horas del fundador de Wikileaks y de sus visitantes, Morales fue algo más explícito en los mensajes a sus trabajadores de confianza. «Yo aseguro el contacto con USA… Por supuesto todo esto es súper confidencial. Necesito de esa reunión hagáis un informe… necesito conocer todos los datos los datos.. En una semana tender que ir a Washington… Sé que es de máximo interés y que USA quiere hacerlo”.

Morales fue detenido por la Policía en septiembre de 2019, semanas después de qu’EL PAÍS revelará audios, videos e informes de UCE Global, SL en los que se aprovechó el espionaje al que se demanda a Assange y sus abogados cuando preparaban su defensa . Las pruebas derivaron en una pelea en la Audiencia Nacional presentada por el australiano y el exmilitar está siendo investigado por delitos contre la intimidad, violación del secreto de las comunicaciones abogado-cliente, apropiación indebida, cohecho y blanqueo de capitales. Varios extrabajadores se han convertido en testigos protegidos de la causa y del magistrado Santiago Pedraz que han sido enviados al Comité de Inteligencia de EE UU que advierte a la CIA sobre el espionaje al fondo de Wikileaks.

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