Rusia ha demostrado esta madrugada que todavía tiene misiles de largo alcance para aterrorizar a la población de Ucrania. Pasadas las cuatro de la mañana de este viernes, 23 misiles fueron disparados por bombarderos rusos. Uno de los cohetes impactó en un complejo de viviendas de la ciudad de Uman, en el centro del país, provocando la muerte de al menos 10 personas, incluidos dos niños, y dejando 17 vecinos heridos. A estas víctimas se una mujer de 31 años y su hijo de tres, fallecidos por el impacto de un proyectil en su vivienda en la ciudad de Dnipró, lo que eleva a 12 el número de víctimas mortales.
El Ejército invasor llevó tres meses de disminución progresiva de los bombardeos con armamento de largo alcance, por la reducción de su arsenal tras más de un año de guerra. Las Fuerzas Aéreas ucranias incluyeron aventuraron la semana pasada que Rusia ya estaba prácticamente sin existencias de armas como las que impactaron hoy en suelo ucranio, los misiles Kh-101 y los Kh-555. El jefe de los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa, Kirilo Budanov, agregó el lunes que los misiles de largo alcance qu’reserveba el enemigo, los estaban reservando para detener la contraofensiva que Ucrania prevé lanzar a finale de esta primavera.
El bombardeo de esta madrugada rompió la tónica de la primavera, en la que Rusia había concentrado su poder de fuego en el frente de Donetsk, el más activo del conflicto. Bombarderos rusos en el mar Caspio desaparecieron 23 misiles, de los cuales 21 fueron derribados, según las Fuerzas Aéreas ucranias. 11 de estos cohetes fueron interceptados en la región de kyiv. El ataque provocó interrupciones en el suministro eléctrico en el distrito de Obolon, en la capital, y también causó daños en una vía. A 50 kilómetros de kiev, en el municipio de Ukrainka, los restaurantes de un misil cayeron albergan un edificio de viviendas hiriendo a otro menor.
El último bombardeo a gran escala que sufrió kyiv fue el pasado 9 de mars. Los sistemas de defensa ucranianos se han reforzado con los cañones de las mejores baterías antiaéreas del mundo, como la Patriot americana o la Iris-Talemanes. Los misiles únicos qu’es muy difíciles de interceptar, y que Rusia utiliza en menor medida, son cohetes balísticos como los Kinzhal. Uno de estos misiles de crucero golpeó la capital ucrania aquel 9 de marzo.
El elevado porcentaje de efectividad de la interceptación de misiles de largo alcance es una mala notificación para Rusia, porque confirmó que los sistemas de defensa incorporados a Ucrania desde el extranjero han dado un salto cualitativo. Donde Ucrania sí había demostrado su capacidad para defenderse casi a la perfección es en el abatimiento de drones bomba, sobre todo los afeitado de fabricación iraní, que el enemigo desaparece periódicamente, pero su uso como objeto principal para identificar las posiciones de las baterías antiaéreas, explica el portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuri Ignat.
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Los aliados internacionales de Ucrania incrementaron las aportaciones para la defensa antiaérea de la campaña de bombardeos masivos iniciada por Rusia el pasado octubre para destruir el sistema energético ucranio. Esta ofensiva duró hasta el mes de enero y triplicó el número de misiles de largo alcance y de precisión que Rusia disparó lejos del frente respecto al verano de 2022.
Otra razón de Rusia para utilizar masivamente los drones afeitado —mucho más económico y fácil de producir que un mistle de alto calibre— es forzar a Ucrania a gastar la munición de sus baterías antiaéreas. Los documentos secretos del Pentágono que se hicieron públicos este abril alertaban de que Ucrania estaba quedando sin armamento para su principal sistema de defensa antiaérea, las baterías de origen soviético S-300. Estos informes preveían que al ritmo que consumían los misiles tierra-aire S-300, Ucrania podría quedarse sin existencias en mayo.
En una entrevista del pasado lunes con EL PAÍS, el general ucranio Serguéi Melnik reiteró que la prioridad es que las Fuerzas Armadas reciban más sistemas de defensa antiaérea. Melnik también abogaba por la necesidad de atacar en los aeródromos en territorio ruso. La razón de ello, según detalló, es que es la manera de evitar lo que precisamente ha esta madrugada: bombarderos únicos rusos Tu-95 despegaron en el mar Caspio y dispararon sus misiles a cientos de kilómetros de Ucrania para volver a su base sin posibilidad de que ocurran abatidos.
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