Ante los ataques con drones a Moscú, la impasibilidad de Vladimir Putin y la flema de los rusos

La situación tenía que ser grave para que Vladimir Putin rompiera su silencio. El líder ruso, que ya no comenta ningún hecho relacionado con la guerra en Ucrania, y menos aún malas noticias, terminó hablando casi acaloradamente sobre el gran ataque con drones que tuvo como objetivo la capital rusa el martes 30 de mayo.

El Sr. Putin estaba visitando un evento ofrecido en “economía creativa”, en Moscu. Según la periodista exiliada Farida Rustamova, especialista en los misterios del Kremlin, los asesores del presidente tuvieron que insistir para convencerlo de que era imposible decir nada, aunque este hecho le pareciera menor en vista de lo que estaba en juego. «histórico» que centran su atención.

Además, Vladimir Putin no pudo evitar, durante este breve intercambio aparentemente espontáneo con un empresario, exponer las raíces del conflicto y las fechorías de la desaparición de la Unión Soviética. Por lo demás, el jefe del Kremlin acusó a Ucrania -que niega cualquier responsabilidad en el atentado- de intentar «Rusia aterradora» por “métodos terroristas”cuando Moscú simplemente atacaría en Ucrania “solo objetivos militares con armas de alta precisión”.

El presidente ruso se ha esforzado sobre todo por tranquilizar a su población, presentando este ataque como un evento sin importancia. Los sistemas de defensa antiaérea instalados en la capital funcionaron “normal, satisfactorio”en concreto, llegando a comparar el incidente con los intrascendentes ataques sufridos en 2018 y 2019 por el ejército ruso en la base aérea de Hmeimim, en Siria.

El resto del artículo de Benoît Vitkine, nuestro corresponsal en Moscú, se puede leer a continuación: