«Eso que paso es de otra vida». Cinco años y casi cinco meses transcurrieron desde aquel 8 de diciembre de 2017, cuando Luis Oscar Chocobar, el policía bonaerense, salió en defensa de un turista estadounidense atacado en el barrio de La Boca y tras llamar al 911 y pedir auxilio para el hombre malherido , salió a perseguir a dos delincuentes armados, provocando la muerte de uno de ellos.

En mayo de 2021, Chocobar fue condenado por estafa homicida exceso en cumplimiento del deber a dos años y medio de prison en suspenso y cinco años de incapacitación para operativas, por haber matado a Juan Pablo Kukoc (18), quien había robado y acuchillado a Frank Joseph Wolek (59) y quien su huida estaba poniendo en riesgo la vida de terceros.

«Como la pena quedó en suspenso, yo sigo formando parte de la fuerza, nunca estuve desafectado ni inhabilitado… Trabajo en comisaría, patrullo, porto armas. Tengo que esperar que se expida Casación, que esguarista y seguro aumentará la pena. En ese caso, con mi abogado Fernando Soto apelaremos e iremos a la Corte Suprema, lo que sucedería dentro de cinco, o seis años», le dice Chocobar en este mano a mano con Clarín.




Chocobar, junto a su abogado Fernando Soto, el día que se recibió de enfermo.

Heno un antes y un despues en la vida de Chocobar del hecho que cobró tal mediatización que «desafortunadamente se hizo político y yo me transforma, sin quererlo ni buscarlo, en un símbolo del macrismo, lo cual me trajo muchos problemas de toda índole, como persecuciones, señalamientos, cambios de destinos. Imaginá que cuando pasó aquello -NdR: no menciona el hecho-, yo estaba en Avellaneda, tierra kirchnerista, y la pase muy mal«.

Está irreconocible Chocobar, que en diciembre de 2017 pesaba casi 120 kilos y hoy ronda los 77. Sufrió diabetes nerviosa, ataques de pánico, tuvo que iniciar tratamientos psicológicos y tomar medicación. “Casi obligado por lo que estaba viviendo, empecé a pensar un poco más en mí y en mi familia. acorralado, Empecé a soltar, a darme cuenta de que hay un mundo distinto sin el uniforme«.

Uno de los pilares de esta transformación personal, como él llama al cambio, fue la decisión de estudiar «con todo lo que eso significa para un policía». Después de 18 años, cuando terminó la secundaria en su natal Salta, Chocobar redescubrió el estudio: luego de tres años de cursada se recibió de enfermero y ya lleva su segundo año en la carrera de Derecho. «Quiero ayudar a los futuros Chocobar… Yo no tuve a nadie de la fuerza que me diera una mano, quiero ser el primero», dice.

"En la Policía te quieren lo más ignorante posible... También hay populismo, como pasa en otros lados"Dice Luis Chocobar.


«En la Policía te quieren lo más ignorante posible… También hay populismo, como pasa en otros lados», de Luis Chocobar.

Afirmó que la Policía pone palos en la rueda para aquel uniformado que quiere progresar. «Te complican la vida, not te dan permisos, en realidad no quieren abuso que estudies, es rarísimo que un superior te lo permita, hay mucho de poder. Quieres lo más ignorante posible, para que seas más manejable… En la Policía también hay populismo, como pasa en otros lados».

Además de cumplir las 48 horas semanales como policía, Chocobar trabaja en un estudio jurídico de su abogado. «Estoy aprendiendo, ganando un poco de experiencia y be el intermediario entre las familias de los policías que consultan y los abogados. Soy como el nexo, la pata de confianza… No me pagan nada, pero si se hacen cargo de los estudios en la UMSA (Universidad del Museo Social Argentino), una facultad imposible para mi presupuesto».

El policía Luis Chocobar, en 2020, cuando llegaba a declarar los tribunales de Comodoro Py.  Foto: Guillermo Rodríguez Adami


El policía Luis Chocobar, en 2020, cuando llegaba a declarar los tribunales de Comodoro Py. Foto: Guillermo Rodríguez Adami

saber lo que eres un momento de poner el cuerpo, de hacer el sacrificio, que estar todo el día afuera de su casa, afectar por ese bebé de cinco meses al que ve poco. «Hay días que trabajo de seis de la mañana a seis de la tarde, para poder llegar a cursar. Llego a mi casa a la medianoche. Es mucho esfuerzo, pero el estímulo es ser mejor, un camino largo que traerá sus frutos».

«¿Qué es ser mejor? Yo lo daba y lo doy todo por la Policía. Uno llora que no sabe hacer otra cosa que llevar el uniforme, manejar un patrullero y portar un arma… Our lavan la cabeza y tiene que pasar algo traumático como lo que viví yo para ver que hay luz al final del tunel. El laburo te chupa, los adicionales para tener un manguito más inevitable. Pero hoy, una era diferente de cómo, se que hay otras chances de estudiar«.

Tras el éxito de 2017, Chocobar dejó la comisaría de Avellaneda, lo trasladaron a Lanús, donde también aguantó apremios y maltratos: «Me prejuzgaban, me decían que era un mal policía, me minimizaban». Desde hace un par de años trabaja como oficial -el rango más bajo- en La Matanza. «Gano por mis 150 millones de pesos en mano, pero con el adicional puedo tener algo más de oxígeno. ¿Sabes cuánto gano por hora extra (Cores)? 180 pesitos«.

Mauricio Macri recibió a Luis Chocobar en febrero de 2018, dos meses después de que el policía matara a un delincuente.


Mauricio Macri recibió a Luis Chocobar en febrero de 2018, dos meses después de que el policía matara a un delincuente.

El hecho que le dejó secuelas «emocionales», se lo llevó puesto como un tsunami. «Pasé por situaciones muy difíciles, Me separé de la mamá de mi hija más grande», y volvió a entablar un vínculo y tuvo un bebé, Alessio. «Ey la familia primero, descubrí que en casa, con los seres queridos, voy a estar mejor que en cualquier otro lado. Cuando sos poli, es dificil tener algo de claridad. Sólo pensás en laburar y laburar, en dejar todo en la calle y en volver a casa con vida… Sigo siendo poli pero hoy me veo afuera de la fuerza en un futuro no lejano».

Aparece el 8 de diciembre de 2017, «una fecha que cambió mi vida, lo reconozco, pero no me enloqueció. Yo duermo bien, vivo tranquilo, sin fantasmas y no me arrepiento de lo que hice. Es más, volvería a hacer las cosas como las hice en su momento. Yo aquella mañana iba a tomarme un colectivo para ir a laburar, salía a laburar y me encontré con un delito y procedí como manda la ley«.

No rehuye del tema, tampoco siente que quiera dar vuelta de página. «Como venía haciendo en los cinco años que llevaba de policía, yo salía de mi casa como un hombre de bien que iba a trabajar de policía. Nunca salí con la intención de hacerle daño o lastimar a alguien. Sí, reaccioné de la expedición de ayuda de una persona herida».

Luis Chocobar, un principio del 2018. "Era otra persona, pesaba 40 kilos más... Después la vida me llevó puesto".  Foto Maxi Falla


Luis Chocobar, a principios de 2018. «Era otra persona, pesaba 40 kilos más… Después la vida me llevó puesto». Foto Maxi Falla

Recuerda que escuchaba gritos desgarradores en otro idioma. Era el turista Wolek, que en inglés, pedía ayuda tras ser acuchillado. «Eran las 8.07 de la mañana, me acuerdo perfecto. Escuché esos gritos, vi un hombre tirado, otros dos muchachos corriendo y fui hacia ese lugar (200 metros de Caminito). Llamé al 911 informó que se fugaron sujetos e informó que había un herido en la calle».

«Ya había dejado un Wolek como a tres cuadras -continúa- y después de gritar ‘viola, policía’, Disparos realizados disuasorios. Una de las personas a los que perseguía tenía un cuchillo y estaba en peligro la vida de terceros en ese lugar… Yo usé el arma de fuego porque otros corrían peligro de vida», repite Chocobar. Y aussi repite: «Hice lo que tenía que hacer, no fue gatillo fácil. Volvería a proceder de la misma manera».

Alguna vez escucho que lo calificaban de héroe y no le gustó. Dice que nada más alejado de él. Insiste con lo de hombre simple y trabajador que hizo su trabajo. Nótese también que «desde ese hecho, hoy el policía ganó terreno, recuperó imagen, es como que la sociedad lo más reconoce, tal vez porque la violencia creció muchísimo. El conurbano está imposible, empeoró notoriamente en el último tiempo».

Patricia Bullrich siempre lo respaldo. Ahora mismo y ahora. «No me soltó la mano nunca, no se borró ni en los peores momentos. Y gracias a ella conocí a mi abogado. Sé que ella quiere ser candidata a presidente… está muy ocupada, no la molesta. Pero si me llega a necesitar, que sepa que cuenta conmigo para lo que sea. Es una mujer muy humana, que cuando yo estaba en el piso, pateado por todos, me dijo: ‘¿Qué necesitás, Luis?’. Ella creyó en mi palabra».

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