España, que preside este semestre el Consejo de la UE, ha activado este jueves el mecanismo de crisis de la Unión por la situación en Oriente próximo. Se trata de un procedimiento extraordinario para recabar información clave y coordinar las decisiones políticas de forma rápida para crisis graves, como la desencadenada por los ataques de Hamás en Israel el 7 de octubre y la respuesta del ejército israelí sobre la Franja de Gaza. La decisión, que han confirmado fuentes comunitarias a EL PAÍS, llega después de días de mensajes contradictorios desde las distintas instituciones de la UE y busca unificar datos sobre ayuda humanitaria, flujos de refugiados y seguridad. También, estar al día de quién hace qué dentro del club comunitario, que ya ha fijado su postura sobre el conflicto señalando que Israel tiene derecho a defenderse pero respetando el derecho internacional.

La crisis de Oriente Próximo, que puede derivar en una escalada de violencia en la región, amenaza con tener un fuerte impacto en la seguridad exterior e interior de la UE y la activación del mecanismo europeo, que reúne y trata de coordinar la información que llega de los Estados miembros, las instituciones de la Unión y otros socios clave (también externos, como la ONU y países de fuera de la Unión), analizará la situación y coordinará las respuestas a nivel político, apuntan fuentes comunitarias. Los integrantes de este mecanismo (que se denomina IPCR y que en este caso encabeza España, como país que asume presidencia de turno del Consejo de la UE) se reunirán por primera vez para tratar la situación este viernes, confirman las mismas fuentes.

La herramienta tiene varios niveles, en función de la gravedad de la situación: nivel de vigilancia, de intercambio de información y completo. Este último es el que se ha activado con la crisis de Oriente Próximo. El mecanismo ya se puso en marcha de forma plena el año pasado, tras la invasión a gran escala de Rusia sobre Ucrania y en 2020, durante la pandemia de covid-19. También se activó durante la crisis migratoria de 2015, que estuvo a punto de terminar con el espacio de libre circulación Schengen. Desde entonces, permanece activado en modo completo para analizar las llegadas irregulares a territorio comunitario. También sigue activado por la guerra a gran escala del Kremlin sobre Ucrania.

En la reunión de alto nivel por videoconferencia del martes, los jefes de Estado y de Gobierno ya acordaron poner el mecanismo IPCR en el nivel de seguimiento de la situación. Ahora, tras el ataque al hospital Al Ahli, que ha desencadenado enormes protestas en toda la región, y con la Franja de Gaza, asediada por Israel, en una situación humanitaria, crítica, España —que como presidencia de turno coordinará el mecanismo— ha decidido activarlo de forma completa.

Fuentes comunitarias explican que el mecanismo se compone fundamentalmente de herramientas como mesas redondas informales, de la preparación de informes analíticos para que los ministros y jefes de Gobierno puedan tomar decisiones y tengan una imagen clara de lo que sucede sobre el terreno, y del intercambio de información de seguridad e inteligencia.

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“Se trata de estructurar y sistematizar en la manera de lo posible las líneas de trabajo para la convergencia, la unidad y emplear los mecanismos que tiene la Unión”, explica una fuente comunitaria. Sobre esas líneas de análisis e información se activa el IPCR, que además de las reuniones se compone de una plataforma tecnológica de información sobre la situación desde todas las dimensiones y donde todas las instituciones (desde la Comisión al Consejo, los Estados miembros y el Servicio Exterior de la UE) comparten datos. “Hay muchos elementos y muchos actores y el IPCR es muy útil para reunirlo todo y saber qué se está haciendo y quién hace qué”, dice otra fuente de Bruselas.

Los elementos de análisis por el IPCR son variados, desde las alertas por terrorismo hasta el problema de la desinformación que se propaga por las redes sociales sobre la guerra de Israel contra Hamás y que nutre el conflicto. También la información sobre la acción europea en los foros internacionales y las relaciones de la UE con los países de la región. Además, los datos y la coordinación sobre lo que la UE llama dimensión interior, es decir, cómo afecta el conflicto a la Unión, su demografía y su seguridad, también se tratan en el IPCR.

Los Veintisiete han alertado en los últimos días de las consecuencias para la seguridad de la UE del conflicto en Oriente Próximo. Temen que pueda haber un aumento de los delitos de odio (islamófobos o antisemitas, por ejemplo) y también que la situación alimente posibles ataques terroristas. A esto se añade que la guerra de Israel contra Hamás tras los atentados que causaron 1.300 muertos en el lado israelí podría terminar derivando en una oleada de refugiados desde la franja de Gaza, donde los muertos por los ataques de Israel se cuentan por millares.

En medio de esos temores a la radicalización de las sociedades y a una degradación de la situación, los ministros del Interior de los Veintisiete tratan la situación en Oriente Próximo este jueves en una reunión en Luxemburgo. El lunes también hablarán de ello los ministros de Exteriores de la UE.

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