Un viejo amigo mío, Uri Dromi, ex piloto de la Fuerza Aérea Israelí, me contó una experiencia que tuvo cuando luchó personalmente con la necesidad de vivir y dejar vivir en el Israel moderno. Hace unas semanas, él y algunos colegas de la Fuerza Aérea decidieron visitar Bnei Brak, una ciudad predominantemente ultraortodoxa al este de Tel Aviv que apoya firmemente los esfuerzos de Netanyahu para reformar la corte, ya que a menudo interviene para frenar el poder y las ventajas de los ultra. -Ortodoxo. Dromi movilizó a otros aviadores retirados para oponerse a los esfuerzos de Netanyahu, y fueron a Bnei Brak para tratar de entender cómo podía ser que “bajo el mismo cielo israelí haya gente que piense tan diferente a mí”, explicó Dromi.

El día anterior a la visita, Dromi llamó a la panadería kosher Hazvi para organizar docenas de panes jalá que los judíos suelen comer en sábado, junto con bolsas de plástico para cada uno con el logotipo kosher de la panadería. Usó los panes como una tarjeta de presentación, poniendo una nota en cada bolsa de jalá: “Shabat es querido para todos nuestros corazones. La democracia también. »

Esto provocó varias conversaciones que hicieron pensar a Dromi. Recordó a una mujer ultraortodoxa que le dijo: “Me estás imponiendo tu agenda liberal y tengo que defenderme. Y agregó: «Mi esposo estudia todo el día y yo soy ingeniera informática». Cuando Dromi le preguntó por qué su esposo no estaba trabajando, ella respondió: «Porque después del Holocausto, necesitamos familias numerosas y alguien tiene que mantener viva la antorcha de la Torá». Para los oídos liberales, señaló Dromi, «puede sonar absurdo, pero creen profundamente en ello».

Dromi recuerda cómo, mientras estaba sentado en un banco, un joven ultraortodoxo se le acercó y le preguntó: “¿Qué es la democracia?

«Me tocó el corazón», relató Dromi. “Le dije: ‘En una democracia, todos son iguales, como tú y yo, y si algo sucede entre nosotros, vamos a los tribunales’. Dijo que le dijeron que no fuera a un tribunal del gobierno israelí porque “era un tribunal goyim”, lo que significa que atendía a los no judíos.