Warsan Shire (pronunciado “chiré”) acentúa sus respuestas con su timbre delicadamente áspero. La poeta británico-somalí utiliza anáforas y epíforas, tanto que, transcribiendo la entrevista, uno se pregunta si no nos ha ofrecido un poema. Como complemento a la colección que aparece hoy en Francia. Bendito sea este niño que una voz en su cabeza ha hecho crecer es su primer libro de poesía. Fruto de más de una década de escritura, recorrido por sus heridas creativas.

Lo conocimos hace un mes, bajo un cielo cambiante de Londres. Desde 2015 vive en Los Ángeles, pero estuvo de paso por Europa. En Wembley, al noroeste de su infancia, se despide de un amigo al que acaban de encontrar. Luego abraza con un amplio gesto el nuevo estadio donde se celebraron los Juegos Olímpicos de 2012. Warsan Shire se sienta con las piernas cruzadas, envuelta en un gran pañuelo. Ella entrecierra los ojos. Es la misma vibración que antes.

“Le pongo nombre a mis problemas”

Todo ha cambiado, nada ha cambiado. Lo mismo ocurre con el barrio que con la escritora, propulsada al frente de la escena poética desde su colaboración con Beyoncé. En 2016, la cantante estadounidense recurrió a Warsan Shire para su álbum. Limonada. Beyoncé y lee extractos de la primera “folleto poético” de su hijo menor, publicado en 2011, a los 23 años. Donde le enseño a mi madre a parir (Editions isabelle sauvage) se publicó en Francia en 2017, en una traducción de Sika Fakambi. Se trata de madres, traumas que pasan de una generación a otra, niños obligados a ser padres de sus hermanos. “Realmente no sabía lo que era un trauma. Hoy tengo casi 35 años. Escribí mi primer libro de poesía, fui a terapia, descubrí qué le pasaba a mi mamá, descubrí qué le pasaba a mi papá, tuve empatía por ellos. Yo misma me convertí en madre. Me mudé a otro país, me enamoré, me casé. He estado enfermo, le he puesto un nombre a mis problemas, es TOC, mi mejor amigo está muerto»dice sin respirar.

De esta maduración nació Bienaventurado este niño que una voz en su cabeza ha hecho crecer. Para construir esta colección, Warsan Shire puso trescientos poemas sobre la mesa y solo se quedó con cincuenta. Al hacerlo, escuchó las preguntas de Jacob Sam-La Rose, poeta y editor británico que fue su mentor: «¿Por qué estas escribiendo? ¿Para quién estás escribiendo? ¿Cuál es el significado de todo esto? » Ahora lo sabe: su trabajo será «una cartografía» de su vida, “conectado a otras experiencias”. Especialmente las de su madre y abuela. “¿Es esta la historia de un largo sufrimiento? ¿De gran resiliencia? ¿Es una historia de paciencia y perdón? Síella dice, pero mi trabajo también refleja el profundo trauma de las mujeres que luchan contra enfermedades mentales que pensaban que eran maldiciones. Es muy catártico probar eso a través de la escritura y asegurarme de hacer un libro de bendiciones. » Warsan Shire espera que brinde esperanza a quienes se identifican con él, así como a las tres hermanas que crió. Este libro está dedicado a ellos.

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