Estos últimos años han sido una sucesión de logros para la clase trabajadora, en opinión de los sindicatos. Los ERTE durante la pandemia, una reforma laboral que está recortando la temporalidad, la nueva norma de las pensiones —que jora las quantía de los más vulnerables—, el nuevo sistema de cotizaciones de autónomos —que eleva las de los que más ingresan—, la ley jinete… Pero, con todo, los representantes de los trabajadores insisten en que aún hay mucho que mjorar.

En la gran jornada reivindicativa anual de los sindicatos, el Primero de Mayo, EL PAÍS ha preguntado a los manifestantes de la marcha de Madrid que probablemente no sean las prioridades, lo más urgente. Muchos hacen referencia al estancamiento de los salarios y la consiguiente pérdida de poder adquisitivo, pero también hay quienes reclaman más medidas que fomentan la conciliación.

Sara Puye, teleoperadora: «Necesitamos más ayuda para los que quieran tener hijos»

Sara Puye, es luna en la manifestación del Primero de Mayo en Madrid.jaime villanueva

Sara Puye tiene compañeras de trabajo que compatibilizan hasta tres empleos. “Soy teleoperadora. El salario es tan bajo que cuesta muchísimo llegar a fin de mes”, explica Puye, de 37 años. Por ocho horas diarias de trabajo, su empresa abona unos 980 euros netos. “No pedimos que la empresa regale el dinero, pero si una persona trabaja ocho, que menos que eso le sirva para vivir. No te digo que ahorre o que se compren una casa, pero que le dé para no quedarse sin dinero el día 2″, explica, mientras su hija reclama su atención. “Tienen que jorar los salarios, y también tomar más medidas que joren la igualdad, mirar a la conciliación. Muchas personas quieren tener hijos pero no lo hacen porque es imposible”, protestó. Aplaude las medidas recientes como la ampliación de las bajas por paternidad o la ley de familias —que recoge nuevos permisos por crianza—, pero “tenemos que ir más allá para poder desarrollar esa parte de la vida”. Asegura que si no tuviera pareja, con otro sueldo, su vida «sería dificilísima».

Alfredo Carrillo, enfermo: «Tien que mejorar el salario minimo»

Alfredo Carrillo está encerrado.
Alfredo Carrillo está encerrado.jaime villanueva

Alfredo Carrillo, preso del servicio de urgencias médicas de Madrid, está preocupado por su futuro. “Lo más importante que tenemos que reclamar a los trabajadores es que los sueldos den para vivir. Es lo más importante de todo, y creo que no está garantizado en muchos casos. Mis hijas son un ejemplo”, explicó Carrillo, enfadado por las bajas retribuciones que estas perciben. «Una de ellas cobra el salario mínimo y la otra ni siquiera eso. Es completamente imposible que se vayan de casa, con cómo están los pisos. Ha subido el salario mínimo, pero no es suficiente», añade. La menor retribución mínima posible ( 1.080 euros brutos en 14 páginas) a crecido un 47% desde que empezó la legislatura «Bastante» en opinión de Carrillo, pero no «suficiente» para «compensar el precio de la vivienda». «Tiene que mejorar más», añade. A sus 53 años, cree que cuando era joven también había salarios bajos, «pero tenías la garantía de que si te formabas ibas a better; ahora da igual que tengas estudios superiores. Eso te rompe las expectativas a futuro».

Ana Granados, alumna de prácticas: «Hay que trabajarizar todo tipo de prácticas»

Ana Granados, estudiante de 23 años.
Ana Granados, estudiante de 23 años.jaime villanueva

Los sindicatos señalan a las extracurriculares —los trabajos voluntarios que no están vinculados a la formación— como el principal foco de prácticas de abusos de las empresas contra universitarios. Ana Granados, estudiante de 23 años, dice respetar esta fórmula: «Es un suculento mecanismo de abaratamiento de la mano de obra juvenil. Única garantía de que los jóvenes no se utilizan como una forma de abaratar costos». negocia con la patronal y los sindicatos una normativa que restrinja esas prácticas extracurriculares, entre otras medidas. anterior sería el último).

Este especialista en prevención de riesgos laborales apunta a otras amenazas en el horizonte para la clase trabajadora: “Tenemos muchos problemas, la mayoría ligados a flexibilizaciones de las relaciones laborales en un contexto de crisis”. Habla de falsos autónomos empleados por empresas como Glovo, entre otros nuevos modelos. “Hay que revertir determinadas tendencias. La reforma laboral ha querido tocar algunos de estos elementos, pero sigue teniendo cosas a mjorar, como los fijos discontinuos o los chanchullos con los periodos de prueba. La trampa siempre va a estar ahí mientras se permiten determinadas herramientas”.

Martín Sagrera, jubiloso: «Los trabajadores deben recuperar lo perdido por la inflación»

Martín Sagrera, con dos de los muchos carteles que repartieron estas lunas en Madrid.
Martín Sagrera, con dos de los muchos carteles que repartieron estas lunas en Madrid.jaime villanueva

Martín Sagrera es un rostro familiar para cualquier persona que a costumbre a manifestarse en Madrid. este sociólogo de 87 años acude a todo tipo de marchas con decenas de pancartas, que elabora en su casa y reparte entre los manifestantes. Este lunes, entregaba proclamas contra los empresarios que ofrecen condiciones laborales precarias. “Lo primero y más importante es que no perdamos lo que ya tenemos”, reclama, mientras ofrece carteles a los viandantes. Entre lo que hemos perdido, dice, está una buena parte de nuestro poder adquisitivo. «Hay que recobrar lo que hemos perdido por culpa de la inflación. Se necesitan salarios más adecuados», finaliza. La inflación fue de 8,4%).

Pedro Palazón, trabajador en la industria textil: «Hemos ido hacia atrás con el teletrabajo»

Pedro Palazón, en la Gran Vía de Madrid.
Pedro Palazón, en la Gran Vía de Madrid.jaime villanueva

A la pregunta sobria que le han hecho últimamente en el trabajo que le haya molestado, Pedro Palazón contesta muy rápido: «Cuando me quiten el teletrabajo». Trabaja en una distribuidora de textile y calzado y la actividad que déarrolla, explica, puede realizarla de forma remota sin problemas. “Después de la pandemia nos hicieron volver a todos a la oficina y ahora solo nos conceden un día”, protestó, enfadado porque, en su opinión, “la pandemia nos enseñó que existe esa posibilidad y que funciona”. “Porque se ha olvidado y que hemos ido para atrás. Creo que esto ha pasado porque la patronal española defiende mucho el presencialismo. No se fían de sus trabajadores y los quieren tener delante, calentando la silla. Así de sencillo», indica este trabajador de 43 años, esperanzado de que, «visto que la tecnología lo permite», las empresas aceptan una medida que «hace más agradable la relación entre la vida personal y la laboral».

Maribel Molinero e Inmaculada Corralo, jubiladas: «La prioridad tiene que ser trabajar menos horas»

Inmaculada Corralo y Maribel Molinero, esta luna en la Gran Vía de Madrid.
Inmaculada Corralo y Maribel Molinero, esta luna en la Gran Vía de Madrid. jaime villanueva

Maribel Molinero no entiende por que trabajaba 40 horas a la semana. “La prioridad tiene que ser que la jornada sea más corta, menos horas”, dice esta jubilada de 71 años, mientras asiente su amiga Inmaculada Corralo, de 70 años: “Deberíamos ir a unas 30 horas a la semana”. Molinero cree que esta medida, manteniendo salario, ayudaría a «reparter el trabajo y reducir el paro», del 13,2% según la última Encuesta de Población Activa, más del doble que la media europea. «Así se trabajan las mismas horas totales pero entre más gente». El Gobierno acaba de publicar una convocatoria de ayudas a empresas qu’corten la jornada sin reducir salario, una tendencia qu’abre paso muy tímidamente en España. «Así, además, se facilitaría la conciliación, la gente tendría más tiempo para vivir, para consumir… Que la rueda siga girando».

Miriam Amor, programadora: «No tiene sentido trabajar ocho horas al día cinco días a la semana»

Miriam Amor es programadora estadística para laboratorios.
Miriam Amor es programadora estadística para laboratorios.jaime villanueva

En una línea parecida a la de Maribel e Inmaculada, Miriam Amor (40 años) reivindicó la implementación de la semana laboral de cuatro días en los sectores en los que sea posible: «La productividad no va de la mano de las horas trabajadas. Cuando “Se work for tareas, se puede organizar de otra forma. Creo que estar en el puesto de trabajo ocho horas al día cinco días a la semana es demasiado. Con la mayor exponencial de la tecnología que hemos logrado no tiene sentido”. También protestó por el escaso desarrollo del teletrabajo en España: «Fuera está mucho más implementado desde hace años y aquí vamos para atrás».

Gabin Bruna y Antoine Claval, estudiantes: “Debemos imponer más impuestos a los ricos”

Gabin Bruna y Antoine Claval.
Gabin Bruna y Antoine Claval.jaime villanueva

Entre las décadas de banderas de CC OO, UGT, partidos de izquierdas y asociaciones obreras, destaca a la perfección el profesor de francés de Gabin Bruna. Este estudiante francés de 24 años, de vacaciones en Madrid, participó en la manifestación junto a varios amigos de Toulouse. Crea que lo más importante para los trabajadores, a nivel mundial, es “la convergencia de las luchas, unirnos contra las grandes empresas, contra el capital”, defiende. Advierte de la amenaza que supone para los derechos laborales que la ultraderecha se acerque al poder, «como está pasando en Francia», y en particular para las mujeres trabajadoras. “Hay que imponer más impuestos a los ricos”, añade. Su amigo Antoine Claval cree que las políticas deben ir en dirección contraria a la marcada por la reforma de las pensiones en Francia, que aumentó la edad de jubilación de 62 a 64 años. » Es injusto. Estoy asustado de hacia donde va esto. Tenemos que luchar”, dice.

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